Con la fundación del Centro
de Investigación Teatral "Rodolfo Usigli" (CITRU)
en 1981, el material fotográfico de la Biblioteca de Armando
de Maria y Campos representó para la Sección de Fototeca
del Centro un material más a organizar. A partir de 1990 el aspecto
del nuevo Departamento de Materiales Audiovisuales se transformó
en un taller especialmente orientado a la limpieza física
y la reorganización de los fondos dispersos, para estar en condiciones
de presentar en 1992 diversas Muestras Fotográficas en las propias
instalaciones del Centro.
Si bien
aquellas actividades, elementales de la tarea del fototecario permitieron
un adecuado control de los materiales históricos del Fondo
fotográfico de Maria y Campos, mi tarea fototecaria concluyó
con el traslado de los centros de investigación a las instalaciones
del Centro Nacional de las Artes, dado que los documentos del Departamento
de Materiales Audiovisuales en adelante los resguardaría el
Departamento de Materiales Especiales de la Biblioteca de las Artes.
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Pina
Penotti
Prima donna brillante assoluta de la Compañía
de Opereta y Opera Cómica Italiana “Cità
di Trieste”
de los hermanos Pío y Francisco Verona, en el Gran Teatro
Nacional en 1893.
Cabinet-portrait.- Solución de plata en papel de autorrevelado.
G. Marchand. Calle de los Loros No. 4. Puebla. - 13 X 19 cm.
E y EE
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Al
efecto, el nuevo contacto con el Fondo Fotográfico Armando
de Maria y Campos procedió de una estimulante conversación
con el coordinador de investigación del CITRU, Sergio Torres
Cuesta, a propósito de formar un archivo digital cuyas propiedades
de consulta permitieran al usuario mayor rapidez en la observación
de las imágenes y su adquisición a través de
una copia en disco compacto, a la vez que el material original se
preservara físicamente del contacto humano, que en la mayoría
de los casos es el principal agente del deterioro de los materiales
fotográficos. De esta manera, en vista que la elaboración
de un archivo digital facilitaba una línea elemental de mi
anteproyecto Iconografía del Escenario Mexicano, sobre una
historia del Teatro en México basada en la contextualización
de las fotografías de los artistas que conforman el Fondo de
Maria y Campos, de nuevo, a partir de marzo de 2002 mi renovada relación
con el Fondo Fotográfico, ahora con la productividad tecnológica
del Taller de Gráfica Digital del
Centro Multimedia del CENART, obtuvo como productos un
catálogo electrónico de las aproximadamente 1951 imágenes
fotográficas impresas en 85 CD-ROM, un Foto-Índice de
todas aquellas imágenes más las respectivas hojas de
contacto impresas en láser en hojas tamaño carta de
papel Bond.
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María Conesa
Primera bailarina tiple de la Compañía de zarzuela
María Conesa, en el Teatro Principal en 1923
Cabinet portrait.- Solución de plata en papel de autorrevelado.-
s.p.i.- 19 X 23 cm. |
El
proyecto interdisciplinario de Iconografía pretende
añadir a la tradicional, fría crónica de
espectáculos un aspecto de la vida artística que
para el artista, extranjero o conacional representó un
protocolo de su presentación con la sociedad mexicana,
sobre todo de carácter estético, proporcionado por
el estudio fotográfico que le identifica, lo jerarquiza
y vuelve patente su memoria visual para cuantos le admiran en
escena. Esto es la peculiaridad que hizo del artista un escaparate
de la moda, cuya relevancia inclusive se tazó por el número
de trajes, históricos y de carácter que dieron veracidad
a los personajes de que era cuasi propietario. |
Y
si el retrato del artista escénico es valioso por sí
mismo, pues nos remite a un apartado de la evolución de la
fotografía en México, el admirable trabajo de tantos
prestigiosos fotógrafos parecería factible de desaparecer
sin las virtudes de las nuevas tecnologías puestas al servicio
de la restauración óptica y cromática, bajo el
propósito de corregir una mayoría de los daños
que afectan a cualesquier impresión en papel salado, cuya información
visual tiende al desvanecimiento aún en óptimas condiciones,
y como podemos imaginar, en especial los retratos de artistas suelen
transcurrir sus mejores días expuestos en el camerino teatral
donde las lámparas queman las emulsiones, la humedad mancha
los soportes, algún insecto ocasionalmente pulula y los admiradores
y amigos íntimos las reclaman para sí, para verter sobre
ellas, el afortunado poseedor, lágrimas emocionadas.
Así
el estado de la cuestión, sólo nos resta probar un nuevo
acceso a la delectación estética que afanosamente produjeron
los artistas fotógrafos decimonónicos, desde sus placas
de colodión húmedo positivadas en papel albuminado,
hasta los procesos de fotomecánica industrial del primer tercio
del nuevo siglo XX.