Blanco y Negro, Imágenes. Rescate de Fondos Fotográficos Antiguos PDF
Escrito por Marilyn Domínguez Turriza and Juan Carlos Saucedo Villegas   

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Marilyn Domínguez Turriza
Centro INAH Campeche


Juan Carlos Saucedo Villegas
Instituto de Cultura

 

 

 

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Desde su nacimiento, la fotografía ha formado parte de la vida cotidiana y ha sido aceptada por todas las clases sociales, convirtiéndose en un medio de expresión de la sociedad. La fotografía es una valiosa fuente de investigación y es considerada como un documento social, pues permite reconstruir el pasado.

 

En Campeche, desde el siglo XIX, ha formado parte de su entorno, pero nunca se le dio la importancia social, histórica y política, en muchas ocasiones estas fuentes fueron desechadas por considerarse objetos inservibles y de poco valor.

 

En lo que respecta a la historia de la fotografía en Campeche, se tienen datos hemerográficos, principalmente, de su llegada al puerto desde los primeros años de su invención, al comenzar el año en 1840, como en todo el territorio nacional.

 

 

 

 

 

A la Península de Yucatán arribó el barón alemán Emmanuel de Frierichsthal, quien obtuvo imágenes de ruinas mayas con una cámara lúcida, pero también hizo retratos al daguerrotipo en las ciudades de Campeche y Mérida. Otros estudiosos extranjeros que lograron captar imágenes fotográficas de la península, fueron John Loyd Stephens, Frederich Catherwood y Desiré Charney.

 

 

La prensa campechana del siglo XIX registra los servicios de daguerrotipos, por fotógrafos itinerantes que arribaban por unos días al puerto campechano. En las páginas del Amigo del Pueblo, del 28 de enero de 1847, Ricardo Carr avisa que acaba de llegar de Europa con una máquina de última invención con la cual ofrece sacar retratos con la mayor exactitud tanto con colores como sin ellos y de una o más personas sobre la misma placa, ofrece que los retratos saldrán perfectamente iguales al original y a la entera satisfacción de cada individuo: tendrá mucho gusto en enseñar las muestras y el surtido de cajas y marcos a las personas que se dignen favorecerle con una visita; precio de cada retrato 5 pesos.

 

No existen elementos suficientes para afirmar cuál fue el primer estudio fotográfico establecido de manera definitiva en Campeche, algunas fuentes señalan al de Manuel Rejón, traspasado después a Joaquín Hernández. Pero la presencia constante de fotógrafos itinerantes en el puerto, demuestra que los campechanos no fueron ajenos al entusiasmo que provocó la nueva ciencia o arte de captar la realidad.

 

Peones de la Hacienda Carpizo en Champotón, Campeche, c a. 1930

 

El Archivo Municipal de Campeche cuenta con un fondo de 600 fotografías captadas entre 1880 y 1950, fueron obtenidas gracias a la colaboración y participación de la sociedad que respondió a la convocatoria para dos concursos de fotografía familiar antigua organizados. Son imágenes de paisajes, arquitectura, vida política, vida social, vida cotidiana, ferias, carnavales y retratos, de la ciudad y puerto de Campeche, principalmente.

 

Soledad and Ángela Uc Collí, Calkiní, Campeche, circa. 1928-30

 

El Maestro Valentín Uc enseñando  a los niños a confeccionar sombreros en una cueva en Bécal, Calkiní.1937

 

Después de las fotografías familiares, las colecciones de postales hechas por fotógrafos de finales del siglo XIX y principios del XX, son tal vez las más apreciadas en las diferentes ciudades mexicanas. Entre las postales de la ciudad de Campeche destacan los nombres de Cicero & Pérez y Ernesto Aznar Preciat, en las de Ciudad del Carmen el de Juan B. Caldera; las hay también de otras poblaciones.

 

Existen cientos de imágenes, no se sabe cuantas porque ningún acervo público cuenta con un registro, solos existen en las colecciones familiares. En los últimos años, el Centro INAH Campeche ha emprendido la tarea de recopilar estas imágenes, no sólo vistas de pueblos y ciudades sino también escenas de la vida cotidiana, con las que ha conformado un invaluable fondo fotográfico de Campeche.

 

En una investigación realizada por el historiador Gaspar Cahuich, se menciona que en 1910 vivía en Campeche Francisco C. Cicero, descendiente de los primeros Cicero que se establecieron durante la Colonia, en el año 1654 aproximadamente.

 

Cicero & Pérez fue propietario de algunos inmuebles en el centro de la ciudad, uno de ellos se encontraba en la calle Morelos número 92 y el otro era la mercería “La Estrella”, ubicada frente al parque principal, a lado de la Lonja Campechana, que era el lugar donde se expendían postales del Campeche de aquella época.

 

Las postales del Campeche antiguo que tan conocidas son, se imprimieron entre 1910 y 1920 y son el fruto del trabajo de Francisco Cicero, a quien los campechanos debemos esta noble labor de subirse a las azoteas con un equipo fotográfico pesado, para captar escenas inolvidables de calles, edificios, mercados, rastros públicos, malecón, iglesias, atrios, altares, baluartes, reductos, lienzos y todo lo que él consideraba representativo de la ciudad.

 

El afán de Cicero para que el Campeche antiguo quedara grabado por siempre, cumplió su propósito, muchas familias campechanas aún conservan esta bella colección de postales que hasta la fecha se siguen reproduciendo, ya sea para enmarcarse y formar parte de la decoración de una casa, oficina o negocio, para ilustrar alguna publicación de carácter histórico o formar parte de una exposición fotográfica.

 

 

Habiendo explicado de manera muy breve, los antecedentes históricos de la fotografía en Campeche, ahora nos referiremos específicamente al nacimiento del proyecto de la Revista Blanco y Negro Imágenes.

 

Aquí, indiscutiblemente tenemos que mencionar al Director del Centro INAH Campeche, el Lic. Carlos Vidal Angles, quien siempre había tenido la inquietud de formar un fondo de fotografía antigua y de hecho, él cuenta actualmente con una colección de casi 5,000 imágenes, que puede ser consultada por el público en general.

 

Este proyecto inicia de manera muy poco común de cómo inician normalmente los proyectos. En una ocasión, en una rica comida en uno de los lugares populares del Centro Histórico de la Ciudad de San Francisco de Campeche, en la decoración destacaba una fotografía antigua en la que aparecía una carreta jalada por mulas en el poblado de Dzitbalchén, municipio de Hopelchén. La plática tornó alrededor de esa fotografía y salió a relucir que el dueño del lugar conocía el nombre de las mulas, la fecha y hasta quien la había tomado. En ese momento, el Lic. Carlos Vidal consideró la importancia de rescatar las imágenes que hasta la fecha conservan varios de los habitantes de los once municipios del estado de Campeche en álbumes familiares, se propuso entonces que además de la ubicación y recopilación de imágenes fotográficas antiguas, se debería conseguir la información correspondiente para plasmarlos en una publicación impresa.

 

De esta manera, desde mediados del año de 2003 el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través del Centro INAH Campeche, proyectó y diseñó formalmente la edición de la revista Blanco y Negro. Imágenes, lo que dio como resultado la primera publicación en febrero de 2004.

Blanco y Negro se ha encauzado principalmente al rescate de la memoria gráfica-histórica a través de la investigación en archivos, la recopilación de la memoria oral, la documentación, el registro, copia, reproducción y digitalización de fotografías, recorriendo las principales comunidades de los once municipios de la entidad, para difundirse en una publicación periódica.

 

 

 

Tejedora de tapetes en Nunkiní poblado del municipio de Calkiní. 2006

 

Se han localizado imágenes captadas la mayoría por fotógrafos anónimos, fechadas desde las tres últimas décadas del siglo XIX, algunas están identificadas con el nombre del autor y otras tienen el nombre de estudios fotográficos de la ciudad de Mérida, Yucatán, Tabasco, Campeche y la Ciudad de México. Existen imágenes en positivo realizadas de acuerdo a las técnicas fotográficas y formatos de impresión de cada época que fueron tomadas en algún estudio o por algún miembro de la familia aficionado a la fotografía. Muchas de estas imágenes muestran aspectos de la comunidad como las plazas y calles principales, pero en su mayoría están retratados los miembros de la familia.

 

Máxima Sosa, Filomeno Cajún Pam y María Ortega. Miembro fundador  del Partido Socialista en el poblado de Nunkiní, Calkiní, Campeche. c.a. 1950

 

 

Generalmente en los acervos fotográficos que hemos localizado y recuperado del olvido temporal, existen imágenes inéditas que logramos rescatar principalmente de los roperos, baúles y álbumes familiares y que han sobrevivido a las condiciones climáticas, al trato de los mismos propietarios y a los embates del tiempo, la mayoría datan de principios del siglo XX hasta los años setenta.

 

El primer número de la revista fue dedicada al municipio de Hopelchén, en su portada se publicó un daguerrotipo localizado y en los interiores algunas imágenes de finales del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo pasado.

 

La experiencia fue muy alentadora, lo primero que hicimos fue localizar al cronista del lugar quien al explicarle el proyecto no dudó en proporcionarnos las imágenes de su colección, pero también nos presentó a otros pobladores que tuvieran algo interesante que platicar, pero sobre todo, que contaran con un acervo fotográfico familiar.

 

Entre ellos encontramos al señor Arturo Solís Lara, personaje dedicado desde hace más de 30 años a la recopilación, colección y registro de fotografías, tanto antiguas como contemporáneas. En su negocio siempre tiene lista una cámara para captar cualquier acontecimiento o simplemente, como él dice: “llevar el registro de todos los menonitas que visitan su refaccionaria”, o cualquier otro evento que él considera importante.

 

El señor Solís también cuenta con el registro de las personas que han fallecido en la población, de los grupos de extranjeros que han visitado Hopelchén, de las fiestas patronales y de otros acontecimientos importantes para la localidad.

 

Después del primer número de la revista Blanco y Negro, percibimos que el proyecto tenía un potencial importante para el rescate y formación de fondos fotográficos, por lo que se decidió buscar el apoyo de otras instituciones educativas y culturales como sonel Instituto de Cultura de Campeche y la Universidad Autónoma de Campeche.

 

Para el número dos, dedicado al municipio de Champotón, logramos rescatar un importante número de fotografías además de algunos documentos históricos, como un recibo de luz que corresponde a la fecha en la que fue instalado este servicio en la comunidad, asimismo recuperamos la partitura original del Danzón Champotón, de puño y letra del maestro Ramón Bocos Rosado, el más bello y representativo de este género en todo Campeche y que ha sido multi interpretado por las mejores orquestas de México, trascendiendo las fronteras de nuestro país y que tiene una característica especial, pues además de que su autor lo compuso durante su estancia en el puerto de Acapulco, en 1945, debido a la nostalgia que lo invadió al extrañar a su terruño Champotón y al amor que sentía por el lugar, también incluyó la letra.

 

 

Grupo Cárdenas tocando en Sihochac, Champotón. Campeche, c a 1935.

 

 

En el número publicado del municipio de Hecelchakán, resaltan los fondos del Sr. Jorge Euán Tay y del Sr. Yanuario Guzmán Ortiz, quienes aportaron alrededor de 300 fotografías familiares y nos dieron importantes datos, muchas de estas imágenes se encuentran en condiciones no apropiadas, en ocasiones debajo de gruesos vidrios de viejas mesas, o pegadas en las puertas de roperos o baúles antiguos, lo cual dificulta mucho su recuperación. También se incluyen fotografías inéditas sobre la primera generación de la Escuela Normal de Hecelchakán, la cual cumplió 75 años de su fundación el pasado 13 de abril.

 

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En el número correspondiente al municipio de Tenabo, destaca el fondo propiedad del Sr. Carlos Marentes Sosa, quien nos abrió las puertas de su casa y puso a nuestra disposición más de 200 fotografías de su familia. También existe un acervo de gran importancia perteneciente a la profesora Brunilda López Valle, quien a sus 92 años reconoció perfectamente a los personajes que se encontraban en la mayoría de las 250 fotografías que nos proporcionó.

 

Palizada, Candelaria y el Carmen, son municipios que tienen una característica común: el río. Hasta los años setenta y a través de las embarcaciones que circulaban en los ríos Candelaria y Palizada, se dieron los principales acontecimientos, sociales, políticos, económicos y culturales de la población asentada en esta extensa región del río Usumacinta.

 

Cuando tocó el turno al municipio de Palizada, la familia Del Rivero quienes cuentan con un invaluable fondo fotográfico de gran importancia documental, nos proporcionaron sus imágenes para el respaldo digital de las mismas.

 

Esta familia, desde su llegada a la región en el siglo XIX, se dedicaron al comercio, instalaron la primera planta de luz, abrieron al público lo mismo un salón de baile que una sala cinematográfica, se dedicaron a la zafra, a la ganadería, a la fabricación de ladrillo y hielo, entre otras actividades y todo esto se encontraba reflejado en su fotografías. En esta ocasión logramos recuperar alrededor de 400 imágenes.

 

 

Don Omar Huerta Escalante, habitante de Jonuta, Tabasco, quien nos proporcionó imágenes de Candelaria, Palizada y Ciudad del Carmen. 2005

 

A escasos 15 kilómetros de Palizada se encuentra Jonuta, municipio perteneciente al estado hermano de Tabasco. Dada la cercanía y por la comunicación y movimiento comercial que mantenían a través del río, decidimos sondear sobre la existencia de acervos o fondos fotográficos de la región, lo que nos llevó a localizar al señor Omar Huerta Escalante, promotor de la cultura prehispánica que instaló un museo arqueológico y es un gran coleccionista de fotografías antiguas. El señor Huerta nos proporcionó excelentes imágenes de Candelaria, Palizada y Ciudad del Carmen, fotografías inéditas que su padre captó a partir de la década de los años veinte.

 

Juan B. Caldera y Familia. Ciudad del Carmen. fines s. XIX.

 

 

Un ejemplo de esto son las gráficas con que cuenta de la región de Candelaria a partir de los años treinta, imágenes inéditas del desarrollo y crecimiento de la población, escenas de la vida cotidiana y aspectos de la Finca Chiclera San Rafael, que pertenecieron a la Mexican Gulf Land and Lumber Company.

 

Antes de que se municipalizara Candelaria, lo cual ocurrió en el año 1997, la región pertenecía a la jurisdicción del Carmen, siendo una zona despoblada con grandes extensiones de selva, está fue integrada al Programa de Colonización que se efectuó a partir del año de 1963. Sobre este proceso de colonización en la cuenca del río Candelaria, se localizaron imágenes de los primeros colonos que se asentaron en las comunidades ejidales, lo interesante de estas imágenes es la odisea por la que pasaron las más de quinientas familias campesinas, desde su traslado por ferrocarril de la Comarca Lagunera, en el estado de Coahuila, hasta su llegada al río Candelaria, así como el proceso de integración a la región y su desarrollo posterior.

 

 

Primer fotógrafo de Candelaria. 2005

 

 

En el caso de Calakmul fue toda una faena, dado que también es un municipio de reciente creación, decretado en 1996 y por consiguiente sus comunidades son de reciente formación, consideramos que además de las fotografías de los descubrimientos arqueológicos de sus principales zonas arqueológicas como Becán, Calakmul o Chicaná, no encontraríamos material suficiente para una publicación, ya que no existían comunidades asentadas sino a partir de finales de la década de 1960.

 

Solo se registra la comunidad de Zoh Laguna, antiguo campamento chiclero asentado en el corazón de la selva desde los años 30s., que después se convirtió en un próspero aserradero maderero. Dicho aserradero estaba conformado como un campamento con todos los servicios disponibles para sus trabajadores y pertenecía a una compañía de renombre nacional e internacional: Caobas Mexicanas, la cual operaba también en el estado de Yucatán y en el entonces territorio de Quintana Roo.

 

Uno de sus trabajadores fundadores era fotógrafo aficionado que retrató a la comunidad en sus inicios, desde la construcción de las casas, los trabajadores, el proceso de tratamiento para la producción de chapa de caoba principalmente, su transportación, la apertura de brechas para la extracción de la madera, hasta las actividades cotidianas de la comunidad. Después de la decadencia del aserradero en los años setenta aproximadamente, el señor abandonó el lugar para radicar en Chetumal, Quintana Roo y finalmente terminar en la República de Guatemala.

 

Sin embargo, su esposa se quedó a vivir en Chetumal, así que decidimos aventurarnos con muy pocas esperanzas y logramos finalmente localizarla, el resultado fue sorprendente, apareció un álbum de 500 imágenes increíbles.

 

Estos son tan solo unos cuantos ejemplos de lo que hemos experimentando en nuestro recorrido por cada uno de los municipios, solo nos queda mencionar el método general para la edición de la revista Blanco y Negro y alguna anécdotas curiosas que nos sucedieron.

 

Para definir el contenido de la revista, lo primero que hacemos es localizar al Cronista Vitalicio de cada municipio, que además de encargarse de escribir la semblanza histórica del lugar, colabora con nosotros y nos apoya para encontrar a las personas que conservan fotografías antiguas, nos indica quienes son las familias de antaño, así como los personajes más populares y los sitios más importantes de cada lugar.

 

Entrevistando a personas para recopilar datos importantes para la revista. 2005.

 

 

Una vez contactados, ellos mismos nos proporcionan más informes de otras familias que pudiesen contar con otras fotografías. El principal reto es convencer a las personas para que nos faciliten sus fotografías para digitalizarlas y respaldarlas, les explicamos el valor documental que tienen y en ocasiones nos comprometemos a por lo menos limpiárselas y devolverlas y, por supuesto, a regalarles un respaldo digital de su archivo.

 

Hemos procurado contar con la información necesaria de los personajes y lugares que aparecen en las fotos, comúnmente se las mostramos a las personas de mayor edad, que por haber pasado gran parte de su vida en las localidades, nos aportan datos muy valiosos.

 

Juan Aguilar Del Rivero en Palizada, aportando datos de sus imagenes. 2005.

 

 

En Campeche no existe ningún proyecto de rescate fotográfico que cubra los once municipios, a excepción de un proyecto particular del señor Humberto Caldera que solo considera su ciudad natal: Carmen, por lo que Blanco y Negro representa uno de los más significativos proyectos en el rescate y difusión de fotografías antiguas.

 

Lo logrado es muy satisfactorio, el material que contiene cada revista se ha convertido en una de las fuentes más importantes para conocer el pasado de cada lugar, como era su gente, sus actividades sociales, culturales y religiosas, pero también ha servido para recordar tradiciones olvidadas y en muchas ocasiones reflexionar en la transformación del espacio físico, sus casas antiguas transformadas en negocio u oficinas, sus parques desaparecidos o sus calles convertidas en avenidas.

 

En las imágenes de Blanco y Negro podemos descubrir las costumbres de antaño de la comunidad, su vestimenta, el peinado o los bigotes estilizados de las personas allí retratadas, lo que permite definir diferentes épocas y posiciones sociales. Blanco y Negro, Imágenes, es ya un instrumento eficaz que en un futuro ayudará a historiadores y antropólogos sociales en sus investigaciones.

 

Se han logrado recuperar alrededor de tres mil imágenes fotografías, cuyo futuro no era otro más que la pérdida irremediable, la mayoría son imágenes en blanco y negro, de esta forma estamos evitando que se borre parte de la historia de la sociedad de cada municipio. La meta al localizar un fondo fotográfico familiar es identificar quién aparece en la imagen, la fecha, el lugar, la técnica y si es posible quien la tomó, incluyendo aquellas fotografías que por su calidad no van incluidas en la revista.

 

 

 

Viendo fotos de la Sra. María Antonia Reyna Ibarra, una de las integrantes de las familias que colonizaron Candelaria en 1961, llegaron de la Comarca Lagunera, Coahuila. 2005.

 

 

Blanco y Negro tiene como principal objetivo rescatar aquellas imágenes que captaron el momento preciso: un acontecimiento, un funeral, festividades o cualquier otro tema que el fotógrafo, profesional o amateur, consideró registrar y que terminaron en algún álbum familiar.

 

 

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Finalmente, en los once municipios del estado de Campeche, ha sido satisfactorio haber localizado una gran variedad de fotografías que son propiedad de las familias de todos los niveles sociales, en las que se plasman instantes del pasado y que evocan hermosos claroscuros de una gran calidad artística.

 

 

Marilyn Domínguez Turriza
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http://zonezero.com/magazine/articles/campeche/01sp.html

 

 

 

 
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