Por qué el futuro (de la imagen) es digital |
Escrito por Pedro Meyer |
Ayer fue el Día de las Madres, y los niños de la escuela a la que asiste mi hijo tuvieron la acostumbrada reunión para brindarles el merecido homenaje a todas sus madres.
Como normalmente sucede con estos eventos, son en buena medida montados por los maestros que han pasado incontables horas haciendo preparativos para esta tan especial ocasión. Los niños aprendieron a hacer regalos en los últimos meses, además de aprender canciones en su clase de música. Todos estos esfuerzos se conjugaron en el concierto especial de día de las madres.
Siempre he llevado conmigo mi cámara de video, y mi cámara fija (ambas digitales), para registrar “para la posteridad” un evento tan importante en la historia de la familia. En nuestro caso, también coincidió con la caída del primer diente de Julio. No soy el único con tales herramientas para registrar el evento. Cada uno de los padres ahí presente había llevado su propia cámara o videocámara tal como era de esperarse. El salón de clases estaba repleto de cámaras.
Pero entonces ocurrió algo que considero fue muy distinto a otras ocasiones similares que pude recordar. Los niños, sin ninguna motivación por parte de los adultos, comenzaron a tomar las cámaras en sus manos y empezaron a filmar y fotografiar por cuenta propia.
Hace algunos años, Francis Ford Coppola, al ser entrevistado acerca de sus ideas con respecto al desarrollo de las videocámaras y su impacto en el cine, dijo: “Un día veremos la obra de una pequeña niña de Ohio que cambiará la forma en que nos acercamos al cine”. Esta cita, la cual es más o menos exacta, se quedó grabada en mi cabeza por años, así que cuando vi la imagen de estos niños en el salón de mi hijo filmando por cuenta propia, tomé inmediatamente una fotografía pensando que esta era la idea que Coppola había imaginado.
Los niños están usando estas herramientas, las cuales son tan fáciles de usar que hasta un niño puede hacerlo. Pero, sobre todo, se están divirtiendo mucho haciéndolo. Les impresiona la retroalimentación instantánea que las cámaras digitales permiten. Este elemento de instantaneidad altera completamente la relación con el proceso. Para un niño de cinco o seis años de edad es más difícil entender el proceso de creación de imágenes cuando se realiza con película. El tiempo que transcurre entre tomar las fotografías y el momento en que regresan impresas es demasiado largo cuando se usan formatos de película tradicional, para que el niño pueda entenderlo de manera significativa.
Si se estimula a los niños a usar su cultura visual desde los momentos más tempranos de su vida, ésta formará parte del conjunto de herramientas con el que podrán comunicar sus propias ideas. Hacer que los niños descubran la naturaleza de las imágenes es sólo una extensión natural de lo que son otras formas de aprender y expresarse.
Los precios de las cámaras digitales están bajando a un ritmo constante, con el beneficio adicional de que no se requieren más gastos, ni película, ni impresión, etc. Y además se pueden compartir las imágenes a través de internet en formato electrónico.
Esta noción de la importancia de la retroalimentación instantánea y de cómo puede afectar para siempre todo lo que se está fotografiando y grabando en cintas no debe subestimarse. Recordemos cómo cambió para siempre el cine gracias a un acto muy sencillo pero significativo, el día en que D.W. Griffith desmontó la cámara del trípode y comenzó a alterar el ángulo desde donde se filmaba la película.
Algo similar ocurrió en la fotografía con la llegada de la cámara Leica, que introdujo la fotografía “miniatura” de 35 mm. Esta cámara, inventada por Oscar Barnack en 1914 y comercializada en 1925, permitió mayor flexibilidad a la fotografía, transformando desde entonces a toda la fotografía contemporánea. Fue un golpe contundente para la escuela pictórica al permitirle a los fotógrafos ver los objetos cotidianos a través de perspectivas nuevas y audaces, y permitiendo una nueva libertad para tratar formas y figuras en el espacio. La cámara miniatura transformó especialmente al fotoperiodismo.
Hoy, los niños quieren usar cámaras digitales, son los maestros, sin embargo, quienes necesitan dar los primeros pasos contundentes en esta dirección. Entiendo plenamente que puedan sentirse abrumados por los temas y las tecnologías involucrados, y muchas veces carecen del presupuesto para hacer frente a sus necesidades más inmediatas. No obstante, estoy seguro que estos problemas quedarán resueltos más temprano que tarde, si acaso tan sólo porque las corporaciones privadas descubrirán que tendrán que proveer el soporte requerido por todas esas florecientes actividades educativas.
Sí, la fotografía ya ha sido transformada por la presencia de las tecnologías digitales, así que, mientras que las generaciones cada vez más jóvenes se vuelven parte de esta transformación, nosotros iremos descubriendo direcciones siempre nuevas para la creación de imágenes. Al igual que la escuela pictórica de antaño fue tomada por sorpresa por los cambios introducidos por la cámara de 35 mm, también los tradicionalistas actuales encontrarán que los chiquillos de hoy en día, armados con cámaras digitales, tendrán un mundo completamente nuevo que ofrecernos. Francis Ford Coppola tenía razón.
Pedro Meyer
Comparta sus comentarios sobre este tema en los foros de ZoneZero.
http://zonezero.com/editorial/mayo01/mayo.html
|