Cuestionemos a los críticos PDF
Escrito por Pedro Meyer   

 

© Pedro Meyer

 

Uno de los desarrollos más interesantes de los últimos años, ha sido para mí el abismo tan grande que se está generando entre las experiencias de los que practican la fotografía digital y los críticos que escriben sobre ella. Yo me coloco del lado de los que la practican y por lo tanto mi punto de referencia es obligadamente distinto al de los críticos.

 

Los críticos muchas veces miran este género de trabajo y terminan diciendo que se ve muy parecido a la fotografía tradicional que se hacía antes y por lo tanto sugieren que no hay nada nuevo, o que sencillamente se trata de un trabajo de "cortar y pegar" que ya se realizaba en periodos anteriores en la historia del arte. Están equivocados en ambas cuentas.

 

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Permítaseme ejemplificar: en primera instancia, acerca del parecido con el tipo de fotografía hasta ahora realizado. Si entiendo esta crítica, el argumento sobre el "parecido" es difícil de entender, ya que ¿cuál sería la imagen a la que se debe parecer? si no contamos con esa obra inicial con la cual comparar. Así que uno debe asumir que lo que están sugiriendo es que se asemeje a lo que generalmente entendemos en forma visual por fotografía. Con la expectativa de que al haber cambios tan profundos en este medio, estos se deberían ver reflejados en una obra que se "vea" diferente. Lo cual no es un supuesto del todo injustificado, sin embargo no refleja lo que en realidad está ocurriendo.

 

Cómo podrá un crítico comprender que yo realicé una fotografía que antes no podía existir. Por ejemplo al replantear el tiempo que tradicionalmente sólo existía en forma lineal en la fotografía tradicional. Puedo hoy jugar a mi antojo con el concepto del tiempo para representarlo en una sola imagen con eventos y situaciones que sólo se reunieron en mi imaginación para de allí pasar al formato digital. Este cambio tan profundo en la fotografía no necesariamente tendría que estar vinculado a una nueva estética -como se la espera- sino a entender de una nueva forma la noción del tiempo. ¿Acaso esto no es un asunto de mucho peso? Pienso que sí. Estamos entrando en una época, cuando la noción del tiempo no lineal es tan fundamental a la manera en que vivimos como lo es para el mundo del arte. Finalmente estamos en una posición de ir mas allá de lo que ya se apuntaba con el cubismo.

 

 

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Las personas ya no están tan seguras que lo fotografiado por mí en realidad existió, o si yo reuní dos momentos aleatorios en el tiempo. Tal vez la imagen se vea "directa", para usar un adjetivo muy cuestionable, pero que todos entendemos. ¿Qué nos dice esa fotografía sobre el TIEMPO? Tal vez los críticos no le han dado mucha atención a este asunto porque andan buscando en el sitio equivocado. Conceptualmente la fotografía ya entró a un nuevo mundo, mientras que los críticos todavía se remiten al viejo modelo de construirla.

 

Aparte de eso parten de la idea simplista de valorar lo que estamos haciendo -aun cuando lo consideran más sofisticado-, como un proceso meramente de "cortar y pegar". Nuevamente el problema reside en la falta de experiencia de parte de los críticos que no comprenden el alcance de lo que es factible hacer con estas herramientas. El puntualizar a manera de explicación, que las herramientas digitales son como el laboratorio químico sólo que más sofisticado, es como plantear que el automóvil es como un caballo sólo que más sofisticado. Es cierto que con ambos nos podemos trasladar de un sitio al otro, pero el automóvil puede hacer tantas otras cosas adicionales de las que puede hacer un caballo. De qué otra forma explicamos que el coche haya desplazado al caballo como la principal forma de transportarnos.

 

Las herramientas digitales nos permiten tener control sobre, el qué y el cómo, de lo que es posible alterar en una imagen. Eso a niveles inimaginables en la era de la fotografía analógica. Un ejemplo rápido que nos viene a la memoria, es todo lo relativo a los estratos o capas que se pueden crear en una foto digital y sus grados individuales de control. El sugerir que eso se puede lograr con sólo "cortar y pegar" resulta muy inocente. Podríamos seguir con una larga lista de otros ejemplos, pero eso sería adentrarnos en terrenos técnicos que rebasan estos cuantos párrafos. Al final de cuentas, no son las herramientas las que resultan ser lo mas importante, es lo que se produce con ellas.

 

 

© Pedro Meyer

En ese sentido yo me aventuraría a decir que los críticos no necesariamente están equivocados cuando dicen que no hay muchos trabajos digitales interesantes en 1997. Ya que en efecto no los hay, pero no por las razones que ellos aluden, de que no se ven muy diferentes a lo que había hasta ahora. Al contrario hay que recordar que ya tenemos obras digitales muy valiosas e interesantes a pesar de que apenas tenemos diez años de existir. Sería de sorprenderse que ya se tuvieran mayores resultados de los que la comunidad artística ha podido producir en este corto plazo de una década.

 

¿Cuánto tiempo le llevó a los críticos comprender, en primera instancia, a la fotografía? ¿Ahora cuánto les va llevar entender a la fotografía digital? Debemos recordarles que una cosa es que tengan un púlpito desde el cual hacerse escuchar y otra que con lo que dicen estén en lo cierto. Por lo general no suelen ser muy modestos en reconocer que aun ellos tienen ahora que pasar por una etapa de entrenamiento acerca de todos estos temas sobre los que están opinando. Hay que reconocerlo, estos son tiempos difíciles y nada puede quedar sin cuestionarse, ni las fotografías, ni los críticos.

 

© Pedro Meyer

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Imágenes del ensayo: The Oil Worker in México. Pedro Meyer 1987/97.


Pedro Meyer
Agosto 1997

 

 


 

 

http://zonezero.com/editorial/august97/spanish.html

 

 

 
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