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Curaduría de Alejandro Castellanos

Cuando en 1974 Pedro Meyer dejó atrás sus actividades industriales para dedicarse de lleno a la fotografía, no tardó más que tres años en ser miembro fundador y presidente del Consejo Mexicano de Fotografía y en organizar el I Coloquio Latinoamericano de Fotografía. Desde entonces, «su mayor aportación ha tenido lugar gracias al balance que ha mantenido entre la reflexión y la práctica […]» porque «las ideas de Meyer han detonado algunos de los mayores debates sobre la imagen en México y América Latina».

Alejandro Castellanos recuerda la polémica sobre la identidad de la fotografía en América Latina —asociada al realismo “comprometido” que desdeñaba la experimentación “enajenante”—, y cómo Pedro «asumió una posición y un riesgo al situar su discurso en la encrucijada de estos problemas». Tras hacernos ver que las imágenes de Meyer en América Latina son «un constante ir y venir en procesos discontinuos que no se pueden apreciar desde una sola perspectiva», el curador retoma a Ortega y Gasset, Enrique Dussel y Gabriel Zaid para observarlas como un discurso abierto y susceptible de ser analizado a partir de tres aspectos: el individuo, la sociedad y la representación.

 
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