Recordando Sarajevo |
Fotografías de Roger Richards Texto de Roger Richards
La lluvia de proyectiles comenzó con la salida del sol. Estaba todavía medio dormido cuando llegó la andanada de la artillería. Comenzó con un sonido como el de un tren frenando al momento de ir a máxima velocidad.
Ya estaba en el piso cuando hubo un estallido y a sólo unos metros se levantó una nube de polvo de concreto y vidrios rotos. Mis compañeros de habitación en el edificio de Radio TV Bosnia, los miembros de un equipo de la televisión española, no oyeron la llegada de los proyectiles pero despertaron inmediatamente después de la explosión.
“Vienen más!” -les grité- ya se oía la llegada de otra ronda presta a cobrar su cuota de destrucción y muerte. Tomamos nuestros chalecos antibalas y corrimos hacia el ”área segura” más próxima, llamada asi por que sólo el impacto directo de un proyectil altamente explosivo sería fatal. Dos proyectiles más hicieron blanco en el piso en el que estábamos mientras corríamos hacia el refugio. Los artilleros serbios se la tomaron muy en serio esa mañana.
|