SEPTIEMBRE ROTO 9/11/2001 PDF
Escrito por Fabrizio Mejía Madrid   


Cuando miembros de Al-Qaeda secuestraron aviones de pasajeros y decidieron usarlos como misiles contra las torres gemelas en Nueva York, probablemente no miraron a los ojos de quienes serían sus víctimas. De igual manera, es posible que cuando lo soldados ingleses y estadounidenses bombardearon Afganistán, todo lo que podían ver en sus pantallas, eran luces verdes y blancos de ataque.

 

Para los terroristas y los soldados, las víctimas no son hombres asustados o miserables. Tampoco son peligrosos, ni inferiores, ni siquiera infames, tampoco son gente a la que hubiera que reformar, encerrar, torturar o castigar. Ni siquiera son hombres a los que hubiera que aniquilar. Simplemente son no-hombres.

 

Las víctimas del mundo que siguió al 11 de septiembre son no-humanas, en tanto se les pensó como algo instrumental, ahistórico, utilizable por una razón que sobrevive a partir de una evasión muy simple: no mirarles a los ojos. Sus actos son una nostalgia de un mundo vertical cuyos destinos están determinados por algo "más allá" del presente, más allá de los vivos, más allá de toda elección.

Y es que mirarse en los ojos del otro, atrapar al tercero en el reflejo de uno mismo, obliga a pensar.

 

Según Diderot es ver al ojo de víctima lo que lleva a "atormentarse con las personas de los demás y con la urgencia de aliviarlas". El semejante es pues, una creación de lo que vemos de nosotros mismos dentro de un extraño, un resultado de la imaginación, un tercero inventado que surge en un acto irrefutable de magia, de la ilusión de que nos une alguna semejanza. La ética seria por eso una forma mas póstuma de la magia.

 

Las extraordinarias fotografías de Ulises Castellanos, en ambas zonas de guerra en septiembre del 2001 están llenas de ojos de víctimas. Las semejanzas que logró captar entre la ciudad de los tapabocas y la de las burcas restituyen el carácter mágico a la contemplación del dolor ajeno. Nueva York o Afganistán no están para Ulises tan separadas como podría pensarse. Encontrar al tercero imaginado es una tarea de sus espectadores, de quienes recorran sus fotografías con el ojo de Diderot.

 

Nada podemos hacer en el nuevo mundo que nos impulso "el más allá" del 11 de septiembre. Nada, sino condolernos.

 

Fabrizio Mejía Madrid

 

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Fotografías de Ulises Castellanos

 

 

 

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