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The Room

 

El Cuarto

 

Para la realización de la serie el “El Cuarto” utilicé como base la fotografia de una de las habitaciones de mi último estudio, antes de ser reparada. Y que aquí simboliza tanto mi imaginario, el lugar donde “surgen” las escenas, como mi formacion en tanto fotógrafo analógico. A lo largo de la serie, esta habitación se modifica permanentemente llegando, en algunos casos, a ser sólo virtual.

 

Se utilizan, además, imágenes de muy diferentes fuentes y también de origen pictórico, indicándose su procedencia en cada cédula.

 

por Max Fund

 

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En la serie “El Cuarto”, Max Fund, realiza una operación resignificante que viene de la apropiación/manipulación/intervención de la imagen mediante uno de los más recurrentes programas para el efecto.

 

Esta conjunto de imágenes, reúne obras pictóricas de autores notables, a las que este fotógrafo ha insertado personajes femeninos extraídos de alguna página porno, sí, con una considerable inversión de horas y oficio pero sobre todo con un espíritu lúdico que abre a muchas lecturas y reflexiones la imagen y, más que la imagen, los pretextos, contextos y subtextos de ella. Es claro que las premisas conceptuales no suplantan ni excluyen los pulsos y estímulos que provienen de las provocaciones sensuales y sexuales de estas nuevas imágenes que perfectamente recortadas y ensambladas, se incorporan a las escenas como si en el guión siempre hubiera estado calculada su presencia.

 

Más que narrar, aquí la imagen significa, ciertamente no sin violentar las confusas categorizaciones que habitualmente conducen a concebir y reproducir la realidad con base en conceptos idealizados que tarde o temprano terminan por estrellarse en el muro de las pasiones y las conductas, no sin advertir, de reojo, que lo que siempre está en duda, antes de darnos el trancazo, es nuestra idea de las cosas.

 

Aparte, estas imágenes ponen en entredicho, también, la ilusión –como espejismo y como ensueño– que representa el arte que se monta sobre una realidad que tampoco es como es (ni la física ni la perceptual ni la moral), por lo que entran en resonancia con el inconsciente colectivo donde se aloja la duda permanente, siempre disfrazada de certidumbre, acerca de la naturaleza de lo real: hay en la obra de Fund metáforas, otras figuras retóricas e imágenes y metaimágenes que construyen una poética que se traduce en experiencias sensitivas y percepciones de una realidad subjetiva que, otra vez, sitúa en condición de zozobra a las lógicas que oponen de modo absoluto lo antiguo y lo moderno, lo solemne y lo frívolo, lo abierto y lo cerrado, lo prohibido y lo permitido, lo real y lo imaginario.

 

“El Cuarto” es, pues, un conjunto de imágenes basadas en imágenes que son, a su vez, interpretaciones o recreaciones de esa otra imagen que llamamos realidad y que no es sino la representación que podemos hacernos de las cosas a partir de lo que, con nuestras potencias y límites se informa (se impone como forma) a nuestros sentidos, a lo que sigue la contribución que matiza, lo que la suma de imaginación, cultura e ideas, filtradas por la vigencia y pertinencia de los valores de la época, pone por su cuenta a efecto de estabilizar nuestros conceptos, estabilidad que no deja de ser precaria”.

 

por Omar Gasca

 
Max Fund

 

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