Días extraños es un trabajo en proceso enfocado en los problemas de alimentación y en el camino largo y difícil hacia la recuperación.
Empecé este proyecto a principio del 2007 y durante los años que visité una y otra vez tres distintos centros públicos para rehabilitación de largo plazo de desórdenes alimenticios: Palazzo Francisci en Todi, Italia central, Centro de Rehabilitación en Desórdenes Alimenticios Portogruaro en el noreste, y Centro Gioia en el sur.
Palazzo Francisci es uno de los principales centros públicos para tratar de este tipo de padecimientos: permanentemente aloja, por un periodo mínimo de tres meses, de diez a doce personas, hombres y mujeres de distintas edades, que sufren de anorexia, bulimia o son comedores compulsivos.
Además, hay un número indeterminado de pacientes ambulatorios, lo cual significa que participan diariamente en las actividades del centro, aunque se hospedan en alojamientos externos.
“En Italia hay hospitales ambulatorios que atienden de día, pero hay una fuerte escasez de casas de descanso o residencias para la cura por rehabilitación”, afirma Laura Dalla Ragione, directora del centro. “Existen como diez clínicas públicas y algunas privadas en el centro-norte, pero aquellos que se enferman en Todi, no tienen un centro al cual referirse, ni público ni privado”
El modelo de Palazzo Francisci está basado en un enfoque integrado por varias disciplinas, desde la terapia conductual y psicológica hasta tratamientos alternativos: relajación y meditación, acupuntura auricular, medicina biológica, terapia de danza y grupos de apoyo. Un enfoque parecido se practica en La Casa delle Farfalle, en Portogruaro y el Centro G. Gioia en Chiarmonte.
Todas estas son clínicas destacadas en Italia, pero todavía no existe una regulación nacional para el tratamiento de los desórdenes alimenticios. Particularmente en el sur, pero también en el resto del país, es difícil encontrar un centro de rehabilitación que acepte pacientes muy jóvenes (11-18 años): es muy común internarlos en un hospital infantil donde sólo la alimentación a la fuerza (el preparado nutritivo se introduce al estómago a través de un tubo flexible) es posible.
Debido a su vínculo con la identidad corporal, la autoestima y la obsesión por la apariencia, los problemas relacionados con el comportamiento hacia la comida son muy comunes y representan bien las contradicciones de nuestros tiempos.
Aunque siempre tienen raíz en algún trauma personal, la propagación de éste síntoma también es reforzado por una sociedad donde, en especial la mujer, “debe ser delgada”.
Es difícil calcular el número de personas que sufren de un desorden alimenticio debido al hecho de que es un padecimiento relativamente nuevo; pero lo es evidente que la generalización de estas enfermedades durante los últimos 10 años ha sido literalmente epidémica, y actualmente no perdona siquiera a hombres y niños, además de que cada vez aparece en personas más jóvenes, incluso en la prepubertad.
Un estudio reciente expone que en Italia, los desórdenes alimenticios son la primera causa de muerte por enfermedad entre mujeres de 12 a 16 años de edad.
Simona, 30 años, sufre de anorexia nerviosa. Tomé esta foto a finales del 2007, durante su hospitalización en Residencia Palazzo Francisci. Después del tratamiento, regresó con sus padres y a su trabajo. Todavía nos escribimos cada semana. Se encuentra mejor, y recuperando algo de peso. Todi (PG).
Las comidas son llamadas “terapia”. La forma en que el paciente es alimentado se conoce como “Auto-alimentación”. La auto-alimentación es un método estudiado para aprender a no pensar en la comida o el control de peso: con este método, los pacientes son enseñados a comer mecánicamente, para realizar el consumo de alimentos en una forma mecánica, comportándose como un robot, por lo tanto vaciando a la comida de todo significado. De esta forma, la comida y los bocadillos se vuelven una regla externa como una medicina que se toma a una hora fija y prevista. Residencia Palazzo Francisci. Todi (PG).
Federica, 13 años, durante fisioterapia acuática. Fue admitida en la Clínica Portogruaro por una forma de Desorden Alimenticio muy seria en el 2008. El equipo de la clínica tiene permitido extender el tratamiento por un periodo muy largo (un año, en el caso de Federica), de acuerdo a las condiciones del paciente. Portogruaro (VE).
Martina, 25 años. Cuando conocí a Martina era el verano del 2008. Estaba hospitalizada por una forma muy severa de anorexia nerviosa. Su peso era de menos de 30 kilos y su vida estaba seriamente en riesgo, pero después de 5 meses en el centro se le consideró en camino de una recuperación definitiva. Martina está ahora hospitalizada de nuevo, después de una pérdida de peso súbita. Dice repetidamente que quiere que todos la dejen desaparecer. Residencia Palazzo Francisci. Todi (PG).
Sara, 28 años. Enfermó de anorexia nerviosa a la edad de 6 años y siempre ha tenido un peso muy por debajo de la norma. Después de muchas hospitalizaciones y muchas recaídas, ahora está en la Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
Uno de los síntomas de esta enfermedad es el daño autoinflingido. La mayoría de los pacientes sienten que deben castigarse por alguna razón. El abuso del alcohol y la droga también es muy frecuente. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
Un momento de terapia de grupo. Las pacientes son invitadas por el terapeuta a bailar y luego hablar acerca de las emociones que sintieron. Durante la discusión muchas de las pacientes expresaron que se sintieron ridículas y fuera de lugar. Algunas se negaron a bailar. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
La sala de espera de la clínica está temporalmente convertida en dormitorio. Durante el verano el número de peticiones de hospitalización usualmente se duplica. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
Fotos de A. A, 17 años, tiene en su computadora portátil autorretratos tomados durante lo que llama “el peor momento”. En ese entonces, su peso era de 27 kilos. Ahora se ve a sí misma gorda y no puede aceptar la idea de tener un cuerpo. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
Autorretrato de Chiara. Chiara tiene 17 años y fue hospitalizada por una severa forma de anorexia. Practica el daño autoinflingeido y necesita estar constantemente controlada. La Casa delle Farfalle, centro de tratamiento de Desórdenes Alimenticios a largo plazo en Portogruaro (VE).
A. y F. en su cuarto. En el centro los espejos están prohibidos y las pacientes reciben serias advertencias en contra de tocarse entre ellas, a fin de evitar la competencia e imitación. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).21_ V. in her room.
Caterina, 20 años. Fue hospitalizada varias veces en distintas clínicas por una forma de anorexia muy seria que se transformó en bulimia, como sucede con frecuencia. Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG).
El jardín de la Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG), uno de los centros principales para el tratamiento a largo plazo de desórdenes alimenticios en Italia.
El jardín en Residencia Palazzo Francisci, Todi (PG), uno de los principales centros para el tratamiento a largo plazo de desórdenes alimenticios en Italia.