TINIEBLA Y RESPLANDOR Fotografías de Los Angeles
Empecé a hacer “paisajes urbanos” con una Holga de medio formato – una cámara de juguete de $17 – en septiembre del 2001, tras los disturbios de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Mi corazón estaba hecho trizas entonces, y mi carrera estaba momentáneamente arruinada. Durante esos tiempos desordenados, en verdad no tenía nada mejor que hacer aparte de caminar todo el día, cada día, en los muchos barrios extraños de Los Ángeles, haciendo tomas con una cámara que no podía mirar bien.
Las muchas fallas irrisorias de la Holga son bien conocidas y abarcan todo: el enfoque, la exposición y el paralaje son efectivamente incontrolables, y el lente de plástico es siempre aberrante, turbio y viñeteado. Para mi sorpresa, sin embargo, los escabrosos resultados de aquella disfunción técnica se asemejaban precisamente a las imágenes que había estado soñando en esos días de pesadilla.
Eliminando la especificidad documental hiper-detallada que los lentes con capas múltiples han vuelto común, la óptica bizarra de la Holga me ha dado acceso a un reino de sugerencia rica en textura, de impresión y de alusión que no podía lograr en mis primeros intentos con el paisaje lírico, los cuales ahora, en comparación, parecen banales y sicológicamente infértiles.
Al recorrer los amplios y extraños precintos de Los Ángeles, he estado preocupado por algunas cuestiones críticas: ¿cómo se ve en realidad todo esto, y por qué las fotos que le mostramos al mundo no se parecen a la ciudad que recorremos todos los días? ¿Cuál es el significado o el valor de la historia y la autenticidad en este ambiente cambiante, y qué dice de nosotros la “autenticidad” que nos fabricamos? ¿Cuáles son los códigos y mensajes que porta la arquitectura y el arreglo del ambiente construido? Finalmente, y sobre todo lo demás, ¿cuál es mi visión personal, alterna del trillado mito local?
Creo que este trabajo empieza a tratar todas esas cuestiones, y responde al final con cioerta convicción: este libro de fotografías, usando técnicas poco exploradas en otro lado, transmite una visión periférica en dirección de la última Gran Ciudad Americana – un serpenteado poema en un tono de clave menor acerca de la brillante-oscura metrópolis al final de un continente pisoteado.
por Thomas Michael Alleman
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