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Autor:Julio Gallo
Durante las últimas dos semanas de enero de 2004 entrené a los periodistas Alejandra Polack y Juan Martinelli del programa de radio argentino “La Cornisa”, conducido por el periodista Luis Majul, en el uso de teléfonos celulares equipados con cámaras, para que pudieran publicar al instante en Internet, fotos de sus coberturas periodísticas radiales.
El entrenamiento estuvo orientado al manejo de los equipos y a ordenar la secuencia de sus tareas para que las fotos lleguen al site del programa casi en el mismo momento en que los cronistas están saliendo al aire. Diariamente las fotos se publican en el mismo horario del programa (de 06:00 a 09:00 hora de Buenos Aires) en:
Desde el 2 de febrero (fecha del lanzamiento del Fotomóvil) estos cronistas se convirtieron en los primeros periodistas de radio de la Argentina – y probablemente del mundo- que realizan fotos de sus notas para que la audiencia pueda verlas en la web. Pronto, también, se podrá acceder a esas fotos vía WAP o solicitándolas con un mensaje de texto (SMS) desde un teléfono celular multimedia.
Qué y dónde
Para aumentar la información de las fotografías que se publican en Fotomóvil, desarrollé la idea de que las fotos estén asociadas a mapas vectoriales para darles contexto y relevancia a cada imagen, como muestra el ejemplo que sigue:
Fotomóvil es un proyecto que está en vías de expansión inmediata a otras estaciones de radio de Argentina. Tendrá usos en la prensa deportiva, en programas de entretenimiento e incluso como “avanzada” de los móviles de exteriores de un canal de televisión.
Fotografía en red
Mientras realizaba este proyecto y por casualidad, releí partes del libro de Gisèle Freund “La fotografía como documento social”. Especialmente los capítulos dedicados a Erich Salomon y también a la producción fotográfica de la revista “Life” sobre los funerales de Winston Churchill.
Cuando leía a Freund pensaba que por un lado las fotos de teléfonos celulares que capturan diariamente los cronistas de “La Cornisa” estaban recuperando (por un momento) la ingenuidad que alguna vez habían tenido los “modelos” de Erich Salomon. Por otro lado me di cuenta que la distribución instantánea de fotos vía Internet (fotografía en red) “ridiculizaba” las necesidades de producción que en el pasado había tenido la fotografía periodística (aun la fotografía digital) por lo cual la modificaba radicalmente, cambiándole su función y relevancia.
Jugando con un Nokia
Las fotos que se pueden producir con teléfonos Nokia 3600/ 3650 son de baja calidad, pero a la vez son interesantes, curiosas. El hecho de llevar el teléfonos todo el tiempo encima hace que tomar una foto sea una tentación: es fácil, es cómodo, es rápido.
Leí en un artículo (del cual ahora no puedo recordar ni a su autor ni al medio que lo publicó) que los teléfonos con cámaras desarrollaban en la gente un fenómeno de “Curiosidad persistente”, un estado de mayor atención al mundo de las imágenes. Esa definición es una síntesis perfecta de lo que producen los teléfonos con cámara: crean fotógrafos.
Durante el entrenamiento a los cronistas del programa de Luis Majul, estuve mucho tiempo dedicado a “jugar” con los equipos e hice varias experiencias fotográficas curiosas (curiosas porque estaba haciéndolo con un teléfono).
Este panorama, por ejemplo, lo realicé al estilo David Hockney caminando delante de los objetos. Me gustaron las diferencias de luz (no hay posibilidad alguna de controlar la exposición de un Nokia, salvo sus dos modos: Estándar y Noche) : El armado sirvió para “contar” mejor cómo era la cocina de nuestra casa. Mi interés en probar con panoramas, es porque estamos desarrollando un modelo de trípode para los teléfonos Nokia que permitirá a los cronistas producir en breve panoramas de 180ª y 360ª en tiempo real desde cualquier lugar en que se encuentren. La secuencia de fotos será enviada a una base de datos, que automáticamente las unirá y las presentará en formato Macromedia Flash.
Este es el mismo panorama, al que le inserté una foto de otro momento.
Descubrí que los lentes de los teléfonos son naturalmente un “Pinhole” con una insólita profundidad de campo, como muestra este ejemplo.
Y pude realizar fotografías urbanas casi tan cursis como las que se pueden hacer con una cámara analógica.
Entre prueba y prueba amplié 700% un autorretrato tomado con el teléfono e hice los “crops” para poderlo imprimir en hojas A4 y armar una foto “gigante”, como muestra ésta foto.
Hacia donde van las cosas
La fotografía está en movimiento. Cuando creíamos que la victoria de la fotografía digital sobre la analógica era la gran transformación, descubrimos otra, tal vez más grande y revolucionaria: la fotografía en red, la fotografía de la cámara a Internet (Snap to Serve) o de cámara a cámara, o sea, de teléfono a teléfono (peer to peer).
Este período de fotos telefónicas de baja resolución deberá ser recordado como el principio de una nueva era de la fotografía, el período “ Mobile Nièpce” o “Wireless Nièpce”. Todo sucederá muy rápido, podemos ver como las capacidades y funciones de las cámaras fotográficas digitales están migrando rápidamente hacia los teléfonos móviles (como peces convirtiéndose en anfibios). Lo muestran con elocuencia estos dos ejemplos: Un teléfono Vodafone con cámara de 2 megapixel y otro Samsung con 15 exposiciones múltiples y flash.
Está pasando ahora, silenciosamente. La fotografía está evolucionando y en su cambio, como lo hizo otras veces, arrastrará a toda la cultura.
Julián Gallo gallo1@fibertel.com.ar
Julián Gallo
Es profesor de la materia Nuevos Medios de la Maestría en Periodismo que realizan la Universidad de San Andrés, la Escuela de periodismo de la Universidad de Columbia y el Grupo Clarín.
Ficha Técnica:
FOTOMOVIL
Idea y dirección general: Julián Gallo
Realización: Moviliza S.A.
Programa de radio: La Cornisa
FM Hit 105.5 Buenos Aires Argentina
Sponsor: CTi Móvil
Teléfonos: Nokia 3600 y 3650
Desarrollo: Basehead Digital Media Argentina
Ligas Relacionadas
* Actualidad camera phone:
www.picturephoning.com
www.wirelessmoment.com
* Moblogs Públicos. (Mobile + Weblogs)
www.buzznet.com
* Samsung Multi Shot
www.samsung.com
* ZoneZero
Teléfonos con Cámara (Artículo de la Revista)
La Foto Fija en Tiempo Real (Editorial de Pedro Meyer)
http://www.zonezero.com/magazine/articles/fotomovil/fotomovilsp.html
Jueves, 04 Marzo 2004
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Autor:Pedro Meyer
Un estudiante de fotografía de Sudáfrica me preguntó hace poco de qué manera el advenimiento de lo digital en la producción de imágenes había impactado a nuestra percepción tradicional de la fotografía documental.
Le ofrecí responder a su pregunta en una de nuestras editoriales.
Antes de continuar, por favor miren las imágenes de arriba y anoten en un pedazo de papel, sólo para sí mismos, si piensan que esta fotografía tiene o no una naturaleza documental.
En mi respuesta a nuestro amigo de Port Elizabeth quisiera ahondar en algunas ideas mas allá del debate que ya ha tenido lugar, sobre todo en lo referente a la cuestión de la veracidad de la imagen.
Primero se me ocurrió que debíamos revisar la noción misma de lo que constituye una fotografía documental. Comencé por preguntarme cuándo una fotografía no es documental, esperando alcanzar una respuesta haciendo la pregunta inversa. Para ello examiné con detenimiento todas las fotografías del catálogo de una reciente bienal de fotografía, y quedé convencido de que sin importar el estilo de la imagen, de una u otra manera todas tenían un carácter documental. Aun las imágenes que obviamente han sido compuestas digitalmente son buenas candidatas para ser consideradas documentales dentro de su lógica particular.
Lo que resaltaba en todos estos ejemplos era que la imagen fotográfica realizaba su magia de representación visual sobre la base de nuestra comprensión del mundo a través de lo percibido por los ojos, algo que tendemos a denominar “realismo” aunque nuestra representación esté desenfocada (sólo recuerden su última borrachera). Me parece que hemos realizado grandes progresos en lo referente a nuestra comprensión acerca de cómo los fotomontajes digitales no tienen por qué ser menos “realistas” que la naturaleza de su contenido en lo que hasta ahora se había entendido como la fotografía “directa”.
Una y otra vez se ha demostrado la falsedad de la noción de que la fotografía “directa” de alguna manera tenía una superioridad moral en lo relativo a su veracidad y no necesitamos más regresar a ese debate. Lo que sin embargo no se ha discutido, o por lo menos no mucho, y es de lo que quiero hablar ahora, tiene que ver con la frontera en que la representación ha sido construida por medios no ópticos, aunque terminen siendo fotografías.
La imagen “Dos mujeres con vestido rojo” ejemplifica este punto. La imagen está compuesta por una pintura y telas reales. El momento en el que estos materiales se convirtieron en fotografía (y en una digital) fue cuando fueron capturados por el lente de la cámara. Entonces se debe concluir que lo que se está viendo es una fotografía. No obstante, puede decirse que su origen no es fotográfico. ¿Pero qué hay de una foto de mí mismo? Supongo que esa piel podría sustituir a la pintura de las dos caras, sin que alguien cuestione la validez de la naturaleza documental de ese retrato mío hecho con la ayuda de la cámara. Entonces, ¿por qué alguien podría considerar a una imagen como ”Dos mujeres con vestido rojo” como menos documental que una representación directa?
Lo que enfrentamos aquí son los retos visuales presentados por el siempre cambiante punto de vista sobre qué es lo que constituye a una fotografía. Las herramientas digitales de que disponemos ahora nos permiten aumentar las posibilidades de lo que puede llevarse al reino fotográfico, debemos cuidarnos de esa predisposición dominante a rechazar todo lo que habíamos considerado como no fotográfico “por naturaleza”.
Pedro Meyer Marzo de 2004 Coyoacán, México
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http://zonezero.com/editorial/marzo04/marzo.html
Lunes, 01 Marzo 2004
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Autor:Sara
Date: January 23, 2004 6:08:42 AM CST
Hola!
Soy Sara, una chica que desea dedicar su vida profesional a la fotografia, empece en Malaga estudiando la carrera de Comunicacion Audiovisual y ahora estoy en Bristol, Inglaterra, haciendo un curso de fotografia. Conoci vuestra web un dia buscando información para mis trabajos de la universidad y ahora cada vez que necesito algo siempre es el primer sitio en el que busco. Toda la información me ayuda y orienta para poder abrirme camino en el mundo de la fotografia, porque estoy en un punto que no se donde empezar a buscar trabajo ahora que estoy terminando mis estudios. Esta es la razón principal por la que me gustaria registrarme, y seria un placer tener pronto noticias vuestras.
Un saludo, Sara.
Viernes, 23 Enero 2004
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Autor:Anthony Breznican, AP
Adiós: Helmut Newton
Fotógrafo
Berlin 1929- Los Angeles 2004.
Lamentamos informarles del deceso de nuestro amigo Helmut Newton
El fotógrafo muere en un accidente automovilístico. Viernes 23 de enero, 2004.
Los Angeles
El aclamado fotógrafo Helmut Newton murió el viernes 23 de enero al perder el control de su vehículo y estrellarse contra un muro en la entrada del famoso hotel Chateau Marmont. Tenía 83 años de edad. Newton, cuyo trabajo apareció en revistas como Playboy, Vogue y Elle, era conocido por sus sencillos desnudos femeninos en blanco y negro.
“Al parecer Newton perdió el control de su Cadillac al salir del hotel, situado en Hollywood”- declaró la vocero del Departamento de Policía, la oficial April Harding. “No se aclaró si sufrió un ataque mientras conducía. Había personas en la acera frente a la entrada y el auto rozó a un fotógrafo que se dirigía al hotel antes de estrellarse contra el muro. “Newton fue llevado en una ambulancia al centro médico Cedars-Sinai, donde murió poco después”- dijo Harding.
Viernes, 23 Enero 2004
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Autor:Jorge Sanhueza-Lyon
Date: January 16, 2004 10:01:28 AM CST
hello there.
I am and have been for a long time a huge fan of ZoneZero.com
I am a documentary photographer from Chile living in the United States.
Could you please send me information about submitting work for the many gallery's and portfolios that appear on your site.
Thank You Very Much..
Jorge Sanhueza-Lyon.
Viernes, 16 Enero 2004
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Autor:Pedro Meyer
¿Alguna vez has abierto tu correo electrónico y encontrado correos en tu bandeja de entrada con el asunto “¿Importa el tamaño?” (o en inglés: “Does Size Matters”)? Es muy posible que sí, en alguna parte leí que más de 250 mil millones de estos correos chatarra han sido enviados en todo el mundo.
Este invierno encontré en el vol. #30 de la prestigiada revista de fotografía CAMERAWORK editada en San Francisco, un interesante artículo de Geoffrey Batchen titulado “¿Importa el tamaño?”, en el que se hace referencia a la intimidad existente entre el espectador y el tamaño de la fotografía, abordando la cuestión del tamaño de la impresión respecto a la experiencia fotográfica. Recordando los susodichos correos de “Size Matters”, me pareció que el título era esencialmente satírico, sin embargo, nunca llegué a encontrar el humor del artículo. Me pregunté cómo es que alguien que supongo recibe correos electrónicos y es miembro de la sociedad moderna no ha recibido por lo menos un par de docenas de correos ofreciendo productos para agrandar el pene en los cuales se afirma que “¿Importa el tamaño?” título de correos chatarra que inundan las bandejas de entrada desde Argentina hasta Zambia.
Al leer el artículo con más detalle descubrí por qué posiblemente el autor omitió realizar la conexión entre el título de su artículo y este peculiar hecho. Curiosamente, en este bien documentado escrito, se ignora por completo al Internet como una fuente para ver fotografías. Pareciera que de acuerdo a los ejemplos presentados por el autor, los únicos lugares públicos que hay para ver fotografías se encuentran situados en el contexto de los espacios de los museos o galerías.
Extrañamente, incluso uno de los fotógrafos que el Sr. Batchen menciona —Seydou Keita, de Mali, refiriéndose a los distintos tamaños en que sus imágenes han sido recientemente exhibidas—, es un fotógrafo cuyo trabajo ha estado en exhibición en ZoneZero desde hace seis años, y el autor parece no estar conciente de este hecho, así como de la existencia del Internet en general. Estoy seguro de que incluir la posibilidad de ver fotografías en el monitor de la computadora hubiera enriquecido grandemente las consideraciones de su análisis del tamaño de la imagen.
Geoffrey afirma: “por supuesto que colocar una fotografía grande en un muro no excluye la posibilidad de que el espectador tenga una experiencia íntima con ella. Pero tampoco ayuda. La fotografía coloca a todos sus temas firmemente en el pasado [*] y este distanciamiento en el tiempo se repite en las fotografías más grandes en términos del espacio, literalmente alejándonos tanto de la impresión como de sus temas. Pero irse por las miniaturas tampoco parece ser necesariamente la respuesta, puesto que la intimidad no es exactamente lo mismo que la cercanía física (puedes tener sexo con alguien sin tener intimidad alguna). El problema reside en que la intimidad sigue siendo algo difícil de definir. Sabes que la hay cuando la sientes, esa impresión de tener un compromiso privado y personal con algo o alguien, de haber compartido una inversión emocional en esa relación. Pero esta clase de experiencia sigue siendo nebulosa, no puede ser descrita con exactitud y a menudo es medida a un nivel más corporal que intelectual.
Si uno considera que solamente en ZoneZero tenemos más de 2 millones de páginas visitadas al mes (en su mayoría con una imagen por página), el numero de imágenes que son vistas a través del Internet es demasiado alto como para que un escritor serio pueda simplemente pasar por alto estas nuevas costumbres visuales. El autor del artículo nos deja la impresión de que probablemente no ha entendido el significado de las experiencias que se dan fuera de los espacios a los que se refiere. La razonable afirmación hecha sobre la intimidad es compartida por el siempre creciente número de personas que habita el Internet, de otra manera el crecimiento exponencial que hemos tenido no se hubiera dado nunca.
Si se trata de la difusión de imágenes, ningún museo o galería puede competir, ni remotamente, con lo ofrecido por el Internet. Como tal, el Internet es ya el museo más grande en la historia. De acuerdo a mi amigo Chip Simone, el Internet posiblemente sea lo mejor que le ha pasado a los museos y galerías desde los tiempos de los Médici.
Resulta interesante que al aludir a impresiones a gran escala, las únicas referencias presentadas por Batchen se remitan a las imágenes presentadas en museos o galerías, como las de Andreas Gursky, Richard Avedon, Thomas Ruff y Cindy Sherman y las imágenes a gran escala que se utilizan en anuncios publicitarios (por ejemplo en Times Square, Sunset Strip, Picadilly Circus, Ginza) o los utilizados en las pantallas de los cines, simplemente son pasados por alto, tal como el Internet, como si la influencia de la cultura fotográfica proveniente de estos lugares no tuviera un impacto en la decisión del tamaño de las impresiones.
El artículo tampoco menciona que el tamaño de las impresiones ha aumentado por el simple hecho de que ahora podemos hacer impresiones más grandes con la misma facilidad con que antes se realizaban las impresiones de 11x14. En el pasado no podía ni soñar con hacer impresiones del tamaño que puedo hacer hoy. Por ejemplo, para hacer impresiones de 44 pulgadas de ancho, mi cuarto oscuro simplemente no tenía el tamaño suficiente para hacerlas, el techo no tenía la altura requerida para la ampliadora, ni las charolas el tamaño necesario. La mayor parte de mi vida como fotógrafo, nunca imprimí en un tamaño mayor a 11x14, por que el papel era demasiado caro y no tenia las facilidades para hacer impresiones más grandes, tal como las tenemos hoy gracias a la tecnología digital. Por cierto, la causa por la que ahora principalmente utilizamos el color es una extensión de las mismas razones. En el pasado estábamos limitados por las complicaciones técnicas que han sido superadas en la era digital. Las impresoras de inyección de tinta disponibles actualmente hacen posible llevar a cabo cualquier cosa que imaginemos. Antes, por más que lo intentara, sencillamente era imposible trabajar el color con la misma facilidad que se trabajaba en blanco y negro. Encuentro divertido que el día de hoy los coleccionistas se sumen a la moda de comprar impresiones “de época” con base de gelatina de plata, descubriendo repentinamente esas impresiones que anteriormente eran soslayadas por no ser un producto artístico único —lo que era una afirmación que yo había refutado desde hace tiempo— las impresiones que antes eran compradas por unos cuanto cientos de dólares ahora son vendidas entre 10 y 20 mil, porque de hecho, nunca imprimíamos más que unos cuantos cientos de copias debido a la escasez de materiales y el tiempo limitado para imprimirlas. Siempre mantuve que había una restricción de origen para poder producir grandes números de impresiones, pero en ese entonces la idea no tuvo eco.
En conclusión, no sé realmente si el tamaño importe, pero sé que los hechos sí y constantemente veo que, para su propia desgracia, éstos son ignorados por aquellos que escriben sobre fotografía o coleccionan imágenes.
Mientras escribía estas últimas líneas, en mi bandeja de entrada llegó un correo, que contenía una información que, de alguna manera, había estado esperando desde hace mucho tiempo. Kodak anuncia que ha dejado de vender cámaras tradicionales de película. Supongo que el impacto de tal noticia tendrá serias repercusiones en todo el mundo de la fotografía, la gente inevitablemente tendrá que aceptar los hechos que hemos venido señalando durante años en ZoneZero.
Pedro Meyer Enero 2004
* [Difiero de esta afirmación de que la fotografía coloca a sus temas firmemente en el pasado. A comienzos del siglo XX, Albert Einstein vio que tras la fachada newtoniana, el paso del tiempo depende de las circunstancias y el ambiente. Demostró que relojes utilizados por dos individuos moviéndose distintamente en relación al otro o experimentando campos gravitacionales diferentes, marcan el tiempo a distinta velocidad. El paso del tiempo, de acuerdo a Einstein, cambia de acuerdo a quien lo percibe. Por ello me pregunto cual será la fotografía del reloj relativo en el futuro. ] (back)
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http://zonezero.com/editorial/enero04/enero.html
Lunes, 05 Enero 2004
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Autor:Guillermo Gómez Peña
(Esta carta lleva consigo la indignación de mi saliva y los temores y aspiraciones de mis múltiples comunidades artísticas. Escrita hace ya seis meses, es uno de mis humildes intentos por contribuir a nuestra lucidez y coraje en la peligrosa era del Dragón Azul).
*Escrita originalmente en inglés. Traducción realizada por Rodrigo Muñoz Nava bajo supervisión del autor.
Queridos colegas:
Desde mediados de los noventa, y como parte del mentado backlash (reacción violenta), la extrema derecha estadounidense consiguió primero demonizar y luego recortar los presupuestos del arte contemporáneo, tachando a los artistas con conciencia critica de “decadentes”, “elitistas,” y “anti-americanos”. Los presupuestos de los organismos federales y estatales fueron recortados de manera progresiva y muy pronto los esfuerzos de las fundaciones privadas para reemplazar a las instancias oficiales fueron insuficientes.
I
Entonces llegó el 11 de septiembre...
Los dramáticos ataques en contra de los Estados Unidos, le dieron a la administración Bush la autoridad moral necesaria para implementar súbitamente un régimen de intolerancia, censura y nacionalismo paranoico. Esta especie sui-generis de machismo religioso no era muy distinta de las creencias extremistas de aquellos que presuntamente eran los enemigos. Su discurso consistía en repetir: “O estas con "nosotros" (los “buenos”) o con "ellos" (los “malos”), “Que Dios bendiga a los Estados Unidos!” (y a nadie más) cien mil veces. Los artistas e intelectuales nos encontramos atrapados entre dos formas de fundamentalismo, sin saber si éramos vistos como parte del “nosotros” o del “ellos”.¿Recuerdan?
En esta cartografía del miedo, surgieron y resurgieron fronteras dividiendo familias, comunidades y naciones. Se nos impusieron nuevos enemigos y contradicciones éticas abismales, y la comunidad artística no fue una excepción.
Primero llegó la censura del Estado: Películas y exposiciones artísticas que hicieran referencia a la violencia política fueron pospuestos indefinidamente y una larga lista de canciones inocuas que hablaban de la violencia o incluso de los aviones fueron prohibidas en la radio. ¿Recuerdan nuestra incredulidad? Entonces una forma de tecno-macartismo entró en acción con Carnivore y otros sistemas de vigilancia digital y miles de sitios Web y redes virtuales “sospechosas” fueron desmanteladas. Finalmente vinieron las hogueras públicas de libros y discos, bendecidas por la retórica teológica del Santo Fiscal General Mr. Ashcroft, quien se encontraba embarcado en una cruzada personal en contra del mismísimo Satán, ¿Se acuerdan?
Bajo este enrarecido clima político, los medios impresos y electrónicos corporativos implementaron una política de “no se hacen preguntas”. Envueltos en la bandera nacional (hecha en China), la mayor parte de los periodistas estadounidenses comenzaron por voluntad propia a jugar el papel de taquígrafos y escribanos del Pentágono. Los Estados Unidos se convirtieron en la única “democracia” occidental en la que generales y agentes de inteligencia hacían el papel de comentaristas en los noticieros. Y los reporteros, comentaristas y periodistas que se salieron del guión fueron despedidos de inmediato. ¿Se acuerdan?
En la academia, los estudiantes conservadores comenzaron a reportar a todos aquellos profesores que expresaran opiniones disidentes y conductas “anti-americanas.” En algunas universidades las poderosas sociedades de ex-alumnos conservadores incluso amenazaron con retirar su apoyo financiero si estos profesores no eran silenciados. Los buzones virtuales de los alumnos y maestros que osaron enfrentarse a la política de corte “supernintendo” de la administración Bush fueron inundados con amenazas de muerte, ¿Recuerdan?
Conforme se izaban más y más banderas a diestra y siniestra, las sedes de organizaciones civiles y culturales chicanas y latinas en todo el país fueron cobardemente “tagueadas” (pintarrajeadas) con lemas patrióticos. En San Diego, los legendarios murales del Chicano Park fueron mancillados con pintura en aerosol por racistas blancos, mientras en San Francisco, frases xenofóbicas y homofóbicas fueron pintadas sobre los ventanales y los murales digitales de la Galería de la Raza. Una noche, un automóvil disparó contra la ventana de la Galería. Era como vivir en la Centroamérica de los setentas.
La palabra “terrorista” subrepticiamente expandió su significado para abarcar, primero a todos los musulmanes radicales; después a todos los árabes y asiáticos del sudeste (paquistanos e hindúes); y finalmente a toda la gente con apariencia de árabe, incluyendo a los inmigrantes latinoamericanos, con o sin documentos, y a toda la gente morena con acento extranjero. (Desde el 11 de septiembre, los artistas latinos radicados en los EE.UU. que viajamos al extranjero con frecuencia, hemos sido sistemáticamente detenidos en los puntos de revisión de los aeropuertos, sufrido revisiones corporales e interrogatorios indignantes. Muchos de nuestros materiales de trabajo y vestuario han sido confiscados sin explicaciones ni disculpas. La aplicación de los mentados “perfiles étnicos” es algo que remisamente estamos aprendiendo a ver como parte de la cultura oficial.
Las drásticas medidas de la Oficina de Seguridad Interior (Homeland Security) y la temible Ley Patriota -que convirtió al país entero en el mayor programa de vigilancia vecinal de la historia-, combinados con el reforzamiento de la vigilancia en las fronteras y las restricciones migratorias, comenzaron a afectar el intercambio cultural internacional. Las visas eran negadas o pospuestas indefinidamente, y “la nación de la Libertad y la Democracia” dejó de permitirle la entrada a los artistas extranjeros provenientes de los países incluidos en la cada vez más grande lista negra de Bush. ¿Se acuerdan?. (Desafortunadamente muchas instituciones culturales de Europa, Asia y Latinoamérica han respondido con un “boicot” a los artistas estadounidenses como si eso fuera a afectar de algún modo a la administración Bush.)
Entonces vino el esperado recorte presupuestario al arte. Las prioridades de la nueva “Junta” republicana claramente se centraron en la seguridad nacional, el ejército y el combate a la delincuencia (léase disidencia) política. Mientras la atención del país se enfocaba en un sinnúmero de amenazas (algunas reales, la mayoría, míticas), el ficticio “Eje del Mal” y las muy publicitadas “armas de distracción masiva”, Bush y sus compinches veladamente desmantelaron el financiamiento de las comunidades progresistas, incluyendo los mundos de arte experimental y alternativo.
En este ambiente de histeria fabricada, el arte fue mandado del último asiento directo a la puerta de salida del autobús del presupuesto nacional. El subtexto era: “Quién necesita del arte cuando estamos combatiendo al terrorismo internacional”. Solamente en California el Consejo de las Artes perdió 19 de los 20 millones de dólares de su presupuesto. Al día de hoy, California, la quinta economía del mundo posee el lastimoso record continental de ser la economía que menos recursos destina a las artes- después de Bolivia: unos 3 centavos per cápita por año.
El temor de perder el financiamiento o el trabajo creó un problema más insidioso: la autocensura. A lo largo de la academia y del mundo del arte, salvo algunas excepciones, todos guardamos silencio, temerosos de no saber el lugar exacto de los nuevos límites de la tolerancia, de desconocer las repercusiones de nuestra indignación. Nuestros colegas europeos y latinoamericanos seguían haciéndonos la misma pregunta incómoda, ¿Cómo es que ustedes- los artistas e intelectuales de los Estados Unidos- no protestan ni dan una buena pelea? ¿Cuándo van a romper el silencio? Lo único que pudimos hacer fue alzar los hombros incrédulamente. El año pasado escribí a uno de mis editores: “Que ironía, en México, mi país de origen, la ciudadanía torpemente aprende a vivir con los nuevos peligros de la libertad y la democracia; mientras que en los Estados Unidos, mi nueva patria, estamos todos aprendiendo a vivir sin libertad”.
II
Eventualmente la administración Bush contribuyó a la re-politización del arte. ¿Por qué? Todos los valores y principios que ellos decidieron atacar eran consustanciales a la práctica artística. Entre otros, la libertad de expresión, las libertades civiles, la diversidad cultural, la tolerancia, el derecho a disentir y a criticar al poder.
En vista de que la mayoría de los espacios institucionales se cerraron al arte crítico, el espacio virtual se tornó en un territorio contestatario por excelencia. Un nuevo movimiento anónimo de arte político comenzó a surgir. Afiches sin firma, caricaturas políticas, graciosísimas imágenes de Photoshop y películas en QuickTime criticando a Bush y a sus contados colaboradores internacionales circularon en el espacio virtual. Después de que un grupo de poetas rechazó la invitación “faustiana” de la Primera Dama para una lectura de poesía en la Casa Blanca, apareció un enorme sitio de “poesía contra la guerra” que por un tiempo fue quizá el sitio Web de literatura más visitado de la historia. A principios del 2003 cuando se aproximaba la irracional invasión de Irak, hubo sectores de la comunidad intelectual e incluso de las esferas de la música pop y del establishment de Hollywood que finalmente comenzaron a romper el silencio. Nos conmovió profundamente oír a celebridades como Susan Sarandon, Harry Belafonte, Martin Sheen, Danny Glover y hasta las Dixie Chicks expresar abiertamente su postura.
A mediados de febrero, más de 20 millones de personas en todo el mundo demostraron enérgicamente su rechazo a la guerra. Muchos artistas, estudiantes e intelectuales que no circulan normalmente por la vía de la política estuvieron presentes junto a un sinnúmero de improbables colegas que incluían amas de casa, ancianos, veteranos de guerra, y ciudadanos apolíticos que habían perdido sus empleos recientemente debido a la estrecha visión de las políticas económicas de Bush. La mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas y muy imaginativas, en términos de estrategias de representación, lenguajes visuales y slogans políticos. Un asomo de esperanza pareció surgir momentáneamente en el humeante horizonte.
III
Artistas y administradores, curadores y productores artísticos enfrentan muchos predicamentos. Debido al drástico recorte de fondos, las instituciones culturales han tenido que reducir considerablemente sus programas y personal. La mayoría de las organizaciones civiles y espacios de arte alternativo enfrentan su posible desaparición dentro de los dos siguientes años. Cada semana oímos de otro administrador artístico o colega artista que acaba de ser despedido. Comisiones y giras son cancelados a diestra y siniestra. Solamente nuestra organización La Pocha Nostra ha perdido diez importantes comisiones desde el 11 de septiembre y desde noviembre del 2003, 70% de nuestro presupuesto proviene de nuestras giras internacionales.
El precio que la era Bush ha hecho pagar a la salud física y mental de la gente es enorme. Entendiblemente todo el mundo está exhausto, pobre, sobre-trabajado y terriblemente asustado por su futuro inmediato; nuestras comunidades se encuentran confundidas y ni siquiera tenemos a la mano un proyecto político que nos ofrezca una alternativa. No es coincidencia que en los últimos dos años -en un panorama dominado por la violencia social, racial y militar- las enfermedades, los divorcios y los suicidios hayan aumentado exponencialmente. Es comprensible que nuestras mentes y cuerpos hagan suyo el dolor sufrido por el cuerpo social y la confusión de la psique colectiva.
Estas dramáticas condiciones están forzando a nuestras delicadas comunidades artísticas a auto criticarse y auto cuestionarse profundamente. Por todo Estados Unidos en todos los espacios artísticos, galerías, teatros, cafés bohemios, estudios de grabación y de ensayo, estamos expresando nuestra perplejidad y haciéndonos preguntas semejantes:
¿Cuáles son los nuevos papeles que como artistas e intelectuales tenemos que jugar en esta cartografía del terror? ¿Cómo restauramos el espejo de la critica cultural para que la sociedad pueda contemplar su propio reflejo ético? ¿Son los artistas críticos una especie en peligro de extinción en los EE.UU.? ¿Queremos vivir en un país sin museos, galerías, teatros, centros culturales, periódicos literarios, festivales de cine ni prensa alternativa? Si los Estados Unidos sigue este camino y decide convertirse en una sociedad cerrada y un páramo cultural, podremos tolerar el vivir en el ostracismo o volvernos expatriados en Canadá, México o Europa?. ¿Qué acciones concretas podemos realmente llevar a cabo como sector (y no como individuos privados de derechos políticos) para reclamar nuestro robado ser cívico y nuestro legítimo derecho a crear y articular nuestras visiones artísticas? ¿Cómo mantener con vida estas cuestiones y discutir estrategias de sobrevivencia con nuestras comunidades locales y nacionales y presentar nuestro caso para ganarnos las simpatías de la prensa y miembros de la clase política?
IV
Desde el 9 de septiembre he tenido un sueño recurrente. Sueño con un país lejano en el que los artistas son respetados del mismo modo en que las celebridades pop, los militares y deportistas lo son en los EE.UU. Los artistas perciben un salario decente, tienen su propia casa y autos, gozan de vacaciones y tienen seguro médico. Los medios y la clase política valoran sus opiniones. Juegan varios papeles en la sociedad, son críticos, cronistas, asesores, diplomáticos intelectuales, agentes comunitarios y líderes espirituales. En esta sociedad sui-generis podemos comprar libros de poesía y revistas de arte en cualquier tienda. Escritores, filósofos y artistas de performance aparecen diariamente en la televisión y radio nacionales. Los museos son gratuitos y todos los vecindarios tienen su propio centro cultural. En esta sociedad insólita, hasta las corporaciones, ayuntamientos, distritos escolares y hospitales contratan artistas como asesores y animadores. En esta sociedad imaginaria, los artistas no se ven forzados a escribir un texto como este.
Guillermo Gómez-Peña. (Para solicitar permiso de impresión, ponte en contacto con Kari Hensely en pochnostra@aol.com)
Guillermo Gómez-Peña. Artista de performance y escritor. Nacido en México, llegó a los Estados Unidos en 1978. Desde entonces se ha dedicado a la investigación de la cultura fronteriza e identidad transcultural. A través del periodismo, el performance, la radio, el video, la poesia y las instalaciones, ha explorado la naturaleza de las relaciones entre los latinos y los Estados Unidos. De 1984 a 1990 fundó y participó en el "Border Arts Workshop" y en el programa de radio nacional "Crossroads".
Es uno de los editores de las revistas "High Performance" Y "Drama Review". Entre otros reconocimientos, ha recibido: el "Prix de la Parole" en el Festival Internacional de Teatro de America en 1989 ; el premio Bessie en Nueva York en 1989; y la Beca Mac Arthur en 1991. También es autor del libro "Warrior for Gringostroika" editado por Graywolf Press en 1993. Su libro "The New World Border" recibió el American Book Award de 1997.
http://www.zonezero.com/magazine/articles/carta/cartasp.html
Miércoles, 24 Diciembre 2003
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Autor:Aníbal Angulo
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Fotografías de Aníbal Angulo Texto de Gustavo Sainz
Y pronto otras líneas de una nueva novela mía, fantasmas aztecas: ”...que la mujer es un ser imaginario, un animal fabuloso emparentado con la mantícora, el hipogrifo, la anfisbena y el catoblepas... que la mujer no existe, que lo que existe en todo caso es el espacio que la mujer ocuparía (de existir), es una serie, una concatenación de ideas acerca de la mujer, de lo que debe ser una mujer...” o como dice jaime sabines:
“en la orilla del aire (¿qué decir, que hacer?) hay todavía una mujer”. aníbal nunca incurre en la ingenuidad fotográfica, obturador impresión.
Lunes, 22 Diciembre 2003
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Autor:Roger Richards
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Fotografías de Roger Richards
Texto de Roger Richards
La lluvia de proyectiles comenzó con la salida del sol. Estaba todavía medio dormido cuando llegó la andanada de la artillería. Comenzó con un sonido como el de un tren frenando al momento de ir a máxima velocidad.
Ya estaba en el piso cuando hubo un estallido y a sólo unos metros se levantó una nube de polvo de concreto y vidrios rotos. Mis compañeros de habitación en el edificio de Radio TV Bosnia, los miembros de un equipo de la televisión española, no oyeron la llegada de los proyectiles pero despertaron inmediatamente después de la explosión.
“Vienen más!” -les grité- ya se oía la llegada de otra ronda presta a cobrar su cuota de destrucción y muerte. Tomamos nuestros chalecos antibalas y corrimos hacia el ”área segura” más próxima, llamada asi por que sólo el impacto directo de un proyectil altamente explosivo sería fatal. Dos proyectiles más hicieron blanco en el piso en el que estábamos mientras corríamos hacia el refugio. Los artilleros serbios se la tomaron muy en serio esa mañana.
Sábado, 13 Diciembre 2003
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Autor:Pedro Meyer
Fotografiando de noche en la Ciudad de México
Se requiere plug-in de QuickTime 5.0.2
Acababa de ser rodeado por 15 patrullas de la policía. Las intermitentes luces azules y rojas inundaban el paisaje de la 1:30 de la madrugada. Había no menos de 80 policías alrededor de mi automóvil, algunos con pesadas ametralladoras que hacían ver a “Terminator” como, bueno, pues un simple gobernador de California. Debo decir que de no haber sido tan real, la situación hubiera parecido como tomada de una mala película. Lo que voy a relatarles posiblemente sea una de las historias más coloridas que hayan oído en mucho tiempo. En ella se cruzan los caminos de lo analógico a lo digital, la fotografía, el sexo, los accidentes y un montón de imprevistos giros y vueltas dignos de un cierre de año.
Uno de los principales museos de la Ciudad de México me había comisionado para producir una obra para una exhibición permanente que tendrá lugar en los próximos cinco años. Debía fotografiar lo que ocurría en la ciudad durante el período comprendido entre las 8 PM y las 6 AM. Fueron dos de las cosas que me llevaron a cubrir este horario: una fue el reto de averiguar qué es lo que acontece durante estos interesantes momentos del día; la otra fue que, con la tecnología digital, la experiencia de fotografiar de noche se había transformado por completo. La calidad en la captura de las imágenes con luz baja es algo muy distinto de lo que antes podía lograrse con película. Encuentro que mis cámaras digitales responden mucho mejor a las condiciones de luz baja que su contraparte en película. Además, un nuevo lente Nikon equipado con un motor que reduce las vibraciones, me permitiría añadir cerca de tres pasos (f), con la nueva tecnología podría obtener resultados asombrosos.
Sin embargo tenía que enfrentar un gran problema. Ir por la ciudad a altas horas de la noche en los rudos vecindarios que planeaba visitar no era precisamente lo más seguro, ni para mí, ni para el equipo que pensaba llevar. No tenía ningún deseo de ser asaltado o separado de mis cámaras digitales, por lo que pedí al director del museo que solicitara a la policía me asignara un par de agentes no uniformados para protegerme durante la semana que iba a realizar las tomas. La policía se mostró muy comprensiva y de inmediato me ofrecieron su ayuda puesto que el proyecto les pareció muy interesante. Yo estaba muy emocionado.
El proyecto iba a comenzar en una semana y ya todo estaba en marcha. Pero a pesar de todas las precauciones que había tomado, no me encontraba preparado para el giro que tomarían las cosas. Tuve un serio accidente en mi propio estudio mientras instalaba el equipo de sonido en la parte trasera de mi recién adquirida Mac G5. Tropecé con los cables y caí al piso, me desgarré el tendón de Aquiles, y tuve que someterme a una intervención quirúrgica. No podía moverme, mi pie estaba enyesado y ni siquiera podía apoyarlo. Durante los siguientes tres meses estaría confinado a una silla de ruedas. El escenario no era nada prometedor para el tipo de fotografía que planeaba realizar.
No obstante, después de sentir pena por mí mismo durante un par de días, decidí que no iba a permitir que este accidente arruinara el proyecto y comencé a ver el problema desde una perspectiva totalmente distinta. Sabía que forzosamente las imágenes iban a ser distintas de lo que hubieran podido ser en condiciones normales. No sabía con precisión lo que implicaría, pero podía imaginarme algunos posibles resultados. Por ejemplo, debía repensar el ángulo y la altura que tendrían ahora las fotos. También imaginé que el llegar en una silla de ruedas con un séquito de personas necesariamente cambiaría la dinámica de cualquier lugar al que fuese. En lugar de ser el fotógrafo no visto, tenía que aceptar el hecho de que yo sería el foco de atención en todos lados, y tenía que replantear absolutamente todo. Por supuesto, todo esto cambió lo que inicialmente tenía en mente.
Dado que todo era distinto, mis actividades contaron con nuevas estrategias. Invité a varios amigos a acompañarme en distintos días en que fui a tomar fotos. Pedí a uno de mis colegas que me tomara fotos mientras yo realizaba el ejercicio de fotografiar en silla de ruedas, y a otro más que grabara los sonidos de los distintos lugares que íbamos a visitar, para posteriormente crear material audiovisual.
Otros amigos también me acompañaron sólo por diversión y sugirieron lugares para visitar y fotografiar. Llegamos a ser hasta siete personas. También llevaba un chofer -obviamente yo no podía conducir- quien me ayudaría empujando la silla de ruedas. Nos escoltaba un auto de la policía sin insignias. Uno de los policías iba en él y el otro viajaba conmigo por lo que conformábamos una caravana de dos autos.
Evidentemente, cada vez que entrábamos en un club nocturno yo, mi silla de ruedas y mi séquito provocaban que la gente se preguntara quién era yo. Cualquiera podía darse cuenta fácilmente de que había gente protegiéndome. Supongo que debo haber parecido algún enigmático personaje, con cámaras colgando de mi cuello y sentado en una silla de ruedas. Mis amigos ofrecían distintas explicaciones a los parroquianos una vez que iniciaban una conversación.
Según la situación, decían que era un famoso director de cine buscando una locación para mi próxima película. Otras veces era yo un político en una expedición voyeurista por la noche citadina, o un reportero escribiendo una historia para la televisión. Probablemente de lo único que no se me acusó o de lo único que no era sospechoso, era de ser un simple y llano fotógrafo. Esto debe decirnos algo interesante respecto a nuestra profesión, de cómo se nos percibe bastante insípidos.
La primera noche fue de 'tanteo', de ir en busca de situaciones que como fotógrafo me interesaba capturar. En el momento en que veía algo que tuviera sentido para mí, pedía que detuvieran el automóvil y sacaran la silla de ruedas para que pudiera tomar las fotos. Pronto me percaté de estar imitando de manera muy disfuncional lo que hubiese hecho en circunstancias normales. Lo difícil que ahora era el tomar una foto significó que tendría que repensar todo nuevamente.
Descubrí que debía adoptar varias estrategias nuevas para trabajar con más eficiencia. Una de ellas fue que antes de salir del auto, enviaba a alguien por adelantado para averiguar si al menos me sería permitido tomar las fotos.
Resulta que en el primer lugar en el que bajé, tuve frente a mí una pandilla entera de muchachos amenazantes que no estaban dispuestos a permitirme fotografiar. Mi vulnerable condición en la silla de ruedas resultó irrelevante. Al ver lo que sucedía los policías fueron a hablar con uno de ellos, y en menos tiempo de lo que me llevó el escribir sobre esto, estos amenazadores jóvenes ya estaban levantándome en mi silla de ruedas sobre la elevada acera y me colocaban frente a la tienda que tenía pensado fotografiar. Las cosas cambiaron como por arte de magia, no sabía qué había pasado, no tenía idea de por qué alguien se oponía a que yo tomara unas fotografías de ese lugar.
Los policías después me explicaron que la tienda en cuestión vendía al mayoreo día y noche artículos navideños de contrabando provenientes de China. Nunca pensaron que alguien con una cámara estuviese realizando sólo una labor de tipo cultural, sino reuniendo evidencia en su contra. Como uno de tantos extraños giros que sucederían a lo largo de la semana, los policías que me acompañaban fueron precisamente aquellos que hicieron sentir a estas personas que no tenían nada que temer con las fotografías. Lo irónico es que aquellos que debían estar reuniendo la evidencia en su contra eran precisamente los que calmaban sus temores.
Otra estrategia que parecía sensata por las circunstancias, fue tomar las fotos desde el automóvil mismo. Al discutir sobre el asunto acordamos que el chofer cedería su puesto a uno de los agentes, quien tenía entrenamiento en técnicas de vigilancia y sabía muy bien como debía conducir para que yo pudiera fotografiar.
Como era de suponerse, las escenas que encontramos durante nuestros paseos en el automóvil eran muy variadas, desde prostitutas encendiendo pequeñas fogatas para calentarse el trasero en la helada noche de la ciudad, soldados arrestados por orinar en la acera, hasta gente recolectando desperdicios para ganarse la vida. De algún modo, todas representaban necesidades humanas eminentemente básicas.
Las excursiones nocturnas se sucedieron diariamente, fuimos cortésmente rechazados en muchos centros nocturnos, bares de desnudistas y clubes de travestis. Los gerentes querían proteger a sus clientes y temían que mis fotos pudieran comprometerlos al no saber donde podrían llegar a ser publicadas, aun cuando nosotros teníamos la mejor de las intenciones. Mientras más elegante y lujoso era el lugar, menor era la disposición para dejarme fotografiarlo, sin embargo no todos nos rechazaron.
En una de las cervecerías a las que fuimos, sentimos que iba a haber problemas desde el momento que entramos. Los policías me dijeron cuál sería la estrategia en caso de que las cosas se pusieran difíciles. Ellos se ocuparían de sacarme en mi silla de ruedas y los demás tendrían que arreglárselas por su cuenta, puesto que, además de que seguramente podrían hacerlo mucho mejor que yo, su tarea era protegerme sólo a mí. Los problemas iniciaron al suscitarse una pelea entre un trasvesti y su amante, y las botellas de cerveza comenzaron a volar. El dueño del lugar, a pesar de ser sordomudo, sabía muy bien lo que pasaba y tenía a todo su personal bajo un estricto control. Los camareros sabían exactamente lo que tenían que hacer, uno de ellos nos lo contó todo. Contrariamente a lo que hubiese yo querido en esa situación, fui apartado de la línea de fuego en cuanto los ánimos empezaron a caldearse. Hubiese preferido ir hacia la escena y tomar fotos de toda la acción, pero no estaba en posición de decidir, y las personas con órdenes de protegerte no se andan con rodeos.
Uno de mis amigos me dijo después que las personas de la mesa de enfrente habían estado extremadamente incómodas con nuestra presencia, ya que se repartían mutuamente algo así como el botín obtenido durante el día por debajo de la mesa: relojes de todo tipo y joyería extraña. Tengo que admitir que nunca me percaté de nada, yo no noté esos finos detalles. Al estar en esa posición tenía que ocuparme de un montón de cosas, lo que provocó que ese y otros tantos momentos se escaparan de mi lente. Evidentemente, estar en silla de ruedas había afectado mi radar fotográfico.
Tomar fotos desde el auto empezó a funcionar muy bien. El policía que conducía el auto tenía mucho sentido de las cosas que yo requería como fotógrafo, tales como ángulo de visión, velocidad respecto al sujeto y por último, pero no por ello menos importante, seguridad. Este punto sería crucial en nuestro próxima sesión de fotografía.
Entre los sitios que visitamos las siguientes noches, fuimos a un club gay. Nos encontramos ahí a un buen número de amigos puesto que el día siguiente era feriado. Al momento de sentarme y ordenar algo de beber fui literalmente arrollado por una bella joven (una actriz según supe después). Aunque no la conocía, se sentó en mis piernas en la silla de ruedas como si fuéramos viejos amigos y comenzó a restregarse contra mí.
Después me dijo en términos inequívocos que pusiera mi mano en su pecho. Mi amigo Rogelio, en la esquina derecha expresa su sorpresa, la que creo que todos compartimos. De hecho la fotografía es un excelente ejemplo de cómo las imágenes son tan ineficientes para la transmisión de “la verdad” que tan desesperadamente buscan muchos fotógrafos. Por ejemplo la imagen no explica nada de lo que realmente sucedía, por ejemplo no se ve para nada el hecho de que su novio ó acompañante estuviera al lado pidiéndole que se fueran, ella probablemente sólo trataba de ponerlo celoso. Como frecuentemente ocurre, lo que queda fuera de cuadro es tan importante como lo que queda dentro.
Pero también sólo supongo lo de este asunto de los celos, por que hay la posibilidad de que se haya sentido atraída por mi llegada –al parecer ella me conocía- acompañado de toda esa gente y al ver el resplandor del flash y, siendo actriz decidió integrarse el espectáculo. La verdad es que esto no fue más real que la escena de una película. Una ficción que la gente cree porque está apoyada por una imagen, una foto que ni siquiera supe quién tomo, simplemente apareció en mi cámara, alguien debió haberla tomado y simplemente capturó el momento. Así que no sólo la veracidad del contenido de la imagen es cuestionable, sino que también es de un autor desconocido. No obstante, si quieres imaginarme como un donjuán, ¡adelante! Recuerda, la evidencia es sólo una fotografía.
Después de este fugaz encuentro, un joven artista se sentó junto a mi y comenzó a contarme sobre su carrera. Un joven muy agradable quien comenzó a platicarme con orgullo de un tatuaje que se había hecho hace poco y el dinero que había tenido que ahorrar para poder hacérselo. Ofreció quitarse los pantalones para mostrármelo y lo hizo en cuanto se dio cuenta que no me ofendería que lo hiciera.
La conversación fue interrumpida por otra joven que se presentó como alumna mía.
Se ofreció a empujar mi silla de ruedas para tomar fotos del lugar. Y eso fue lo que hizo, como si yo fuera un niño en un carrito de supermercado, para terminar en la pista de baile en donde me sentó en una mesa y ordenó una jarra de cerveza. Antes de esto me había llevado al baño de hombres, en donde pensó que podría obtener algunas buenas imágenes. Pero la silla se atoró en la puerta y mi autonombrada guía comenzó a explicar a cualquiera que estuviera dispuesto a escuchar, que me estaba metiendo al baño de hombres por que yo era voyeurista y que no tenían de que preocuparse, no había nada que ver, así que decidí continuar con la parodia ¿Qué otra cosa podía yo hacer?
Yo estaba sorprendido de que toda la gente fuera tan amable y educada, no había agresión en el ambiente, le dije a uno de mis amigos que yo había estado en fiestas infantiles en donde había más agresión y tensión de la que podía sentirse esa noche en ese club. Este era otro de los mitos acerca de “esos lugares” a los que la gente teme asistir.
Entre los temas principales que deseaba fotografiar estaba la prostitución callejera, actividad que abunda en la Ciudad de México. Nos dirigimos a varias áreas donde se encuentran las resplandecientes damas de la noche, esperando poder capturar más imágenes desde la ventana del auto. Íbamos en nuestro convoy de dos autos como en días anteriores. La gente en el segundo automóvil nos acompañaba tan sólo por lo emocionante del momento ya que teníamos pensado ir a otro lugar después.
Estaba tomando fotografías cuando de la nada aparecieron cinco personajes golpeando la ventana del auto exigiendo que les entregara la cámara. Únicamente los despedí con la mano y el policía que conducía sugirió que saliéramos de prisa de ahí, ya que no valía la pena un enfrentamiento. Viró a al izquierda con gran habilidad y se alejo hacia donde el tránsito fluía. Creímos que habíamos evadido la confrontación cuando un par de calles adelante fuimos interceptados por dos autos en los que estaban los mismos rufianes que me habían amenazado antes. Corrieron hacia nosotros con toda la intención -según su expresión facial- de entrar al automóvil a como diera lugar y llevarse mi equipo. Comenzaron a patear la puerta y en ese momento el policía que conducía salió repentinamente y les apunto con su arma, diciéndoles con mucha calma que se largaran. Mientras tanto el policía que estaba en el otro automóvil ya había realizado una maniobra y se encontraba fuera del auto apuntando hacia los truhanes por el otro lado.
Al verse cercados, se retiraron rápidamente. Todos los que nos encontrábamos dentro de ambos autos viendo esta escena de policías y ladrones, suspiramos con alivio celebrando que las cosas no hubieran pasado a mayores, ya que eso se podía haber convertido fácilmente en un tiroteo como los de las películas de acción de segunda. Ambos policías abordaron de nuevo el automóvil una vez que estos tipos se fueron, todos pensamos que eso era el fin del asunto, pero no fue así.
Unas cuadras después volvimos a ser interceptados, pero esta vez por patrullas policíacas, primero una, luego otra y pronto había cerca de quince patrullas rodeándonos. Era extraño ser detenido por la policía cuando había un policía en servicio conduciendo el auto. Lo que me intrigaba era lo que el siguiente episodio nos depararía. La noche estaba anegada por las pulsantes luces rojas y azules de las torretas de las patrullas, que iluminaban todo lo que estaba en su derredor.
Los refuerzos comenzaron a llegar por todas partes. Parecía que se preparaban para una invasión, tenían armas de todos los calibres imaginables, lanza-proyectiles, lanzagranadas y pistolas con gases lacrimógenos, solo me faltó ver a alguien que llevara perros entrenados para detectar drogas o explosivos.
Permanecimos calmados dentro de nuestros vehículos, cuando el “Jefe” de todos estos policías se asomó por la ventana del conductor. Pidió a nuestro conductor se identificara y cuál no sería su desconcierto al ver que se había metido en un lío que no imaginaba, al descubrir que los perseguidos eran policías. Ambos comenzaron a llamar a sus respectivos superiores desde sus teléfonos celulares para saber qué hacer. Las patrullas fueron despachadas y el asunto se fue calmando gradualmente.
El problema era que el “Jefe” vendía protección a la mafia de la prostitución, por lo que no podía simplemente mandar a paseo a esta gente y decirles que se olvidaran del asunto, ya que para ese entonces ellos (los proxenetas -los cinco tipos y dos mujeres-) habían llegado gritando falsas acusaciones sobre nosotros. Discretamente nos dijo "Esta gente quiere por lo menos el rollo de película que tomó" yo le expliqué "lo siento éstas son cámaras digitales que no usan película". A lo que respondió con gran astucia y franqueza: “Entonces tendré que enviar a uno de mis hombres a comprar un rollo en algún lugar, se lo damos y usted finja que lo saca de la cámara, se los entregamos, y a ver si así terminamos con todo este asunto”. Yo le respondí: “Por mí no hay problema”.
Mientras esperábamos en el auto, llegaron más refuerzos, pero esta vez pertenecientes al departamento de los agentes que me acompañaban. Se saludaron con extremada discreción, ya que nadie debía saber que eran aliados. Me enteré de estas cosas mediante el agente que conducía mi auto -él me reveló toda esta información de la cual no tenía yo la menor idea-. Me explica lo que tienen planeado hacer: tomar el arma del otro policía y llevarla a nuestro auto. La pistola fue introducida por la ventanilla y el policía que conducía la pasó por detrás de su espalda mientras se reclinaba hacia atrás. Después me entregó el arma y me pidió que la ocultara en la bolsa de mi cámara. Y eso es exactamente lo que hice, la puse debajo de todas las cámaras y lentes. El se despojó de su propia pistola y me la entregó para que hiciera lo mismo. Ahora, además de mis cámaras y lentes tenía dos pistolas en mi bolsa. Sólo me asustaba pensar qué pasaría si una de esas armas se disparara ya que llevaba la bolsa sobre mis piernas. Me preguntaba si el disparo me volaría las pelotas o el estómago.
Las evidencias desaparecían por todas partes, el recién llegado rollo de película estaba vacío y reemplazaría a las imágenes digitales en los discos de memoria. Las armas ahora ocultas fueron reemplazadas con historias ficticias y nunca aparecieron. Mis acusadores ahora decían que ellos ni siquiera se habían acercado al automóvil y ya me habían convertido en un alto funcionario público cuyos guardaespaldas abusaban de su poder. Los policías que llegaron a ayudarnos a desaparecer las pistolas actuaron su parte pretendiendo no conocer a sus colegas. Los policías que protegían a las prostitutas supuestamente cumplían con su deber atendiendo una denuncia interpuesta por inocentes ciudadanos. Nadie dijo la verdad acerca de nada, en ningún momento. Hasta yo estaba mintiendo al decir que no sabía nada sobre las pistolas.
No pude evitar pensar en todos esos estúpidos debates moralistas sobre la “verdad” sostenidos en la fotografía. Me pregunté cómo es que en tal mar de mentiras, alguien se atreve a tomar una foto y ofrecerla como una representación de “la verdad”. También me vinieron a la mente Bush y su pavo de navidad artificial en Irak.
Ya para entonces lo que la mafia quería era vengarse, pero no se podían encontrar las armas por ninguna parte. Los policías vinieron en tropel para registrar ambos automóviles, bajo los asientos, y bajo el auto mismo. Yo sólo los miraba impasible, con mi bolsa encima de las piernas. El “Jefe” divisó mi bolsa y me preguntó qué es lo que tenía dentro, le expliqué que tenía mis cámaras y mis lentes y le mostré la bolsa, sacando lentamente la mayor parte del equipo. Satisfecho con el rápido registro se marchó.
Pregunté a uno de mis policías por qué, si lo que estábamos haciendo estaba dentro de la ley, habían tenido que esconder sus armas. Me explicaron que bajo las circunstancias, lo más importante era impedir que el suceso creciera hasta convertirse en una escándalo político y legal para sus superiores. Así que, mientras menos ruido se hiciera, mejor. No bien terminó de decir esto, vimos el brillo de los reflectores de las cámaras de la televisión a través de la ventana; reporteros de la radio y gente de la Comisión de Derechos Humanos que habían llegado a defendernos. Puesto que la batahola tuvo lugar en una de las principales avenidas de la ciudad, era sólo cuestión de tiempo antes de que la prensa llegara a averiguar lo que sucedía.
Para ese momento yo ya estaba harto, eran pasadas las cinco de la madrugada. Así que cuando llegaron la prensa y la Comisión de Derechos Humanos les conté toda la historia. Después de todo, yo tenía todo el derecho de tomar fotos desde mi auto puesto que estábamos en la calle y no dentro de una propiedad privada. También estas fotos eran para un museo y podía probarlo, además, los policías que me acompañaban estaban en servicio. Teniendo todo esto en cuenta, pedí a la gente de Derechos Humanos que preguntaran a las mujeres -que seguían quejándose a todo pulmón de los supuestos atropellos- si tenían en verdad alguna queja en contra mía. Para entonces se habían percatado de que yo no era ningún alto funcionario al que pudieran chantajear, así que, con increíble afabilidad cuando vieron que efectivamente yo estaba en silla de ruedas, dijeron que me fuera, que no tenían nada en mi contra, pero que “los policías y el otro tipo (refiriéndose a mi chofer que estuvo todo el tiempo sentado en el otro auto y sólo había salido del auto para hacer una llamada en su teléfono celular, pero que según ellas también portaba un arma) debían ser llevados a la delegación de policía y ser presentados ante el Ministerio Público”.
“Bien -dije-, que una de mis amistades conduzca mi auto (recuerden que yo no podía conducir) y otra el otro auto y permítanos marcharnos cuanto antes”. Pensaba en las armas en mi bolsa de las cámaras y quería salir de allí lo más pronto posible. Así que nos fuimos.
En cuanto llegué a mi casa, recibí una llamada de la delegación de policía. La mujer que había presentado la denuncia estaba dispuesta a desistir si le pagábamos tres mil pesos (unos trescientos dólares) para cubrir los gastos médicos, puesto que ahora decía sufrir de agudos dolores en el pecho por la angustia que el asunto le había causado. Por supuesto acepté, para que así los tres (los dos policías y mi chofer) pudieran salir inmediatamente y sin ser fichados.
Lo que no sabía yo en ese momento -uno de los policías me explicó esto después-, era que todo se arregló rápido y fácilmente porque el oficial a cargo de escribir el reporte con la queja de lo sucedido, de pronto se percató de que no tenía ni armas o autos como evidencia que presentar. Este oficial preguntó a sus subordinados "Entonces, si no están aquí los autos, ¿vas a decirme que estas personas llegaron a pie?"
La situación resultaba tan ridícula e hilarante sin autos ni armas, que supongo que aquella gradual degradación de la evidencia fue premeditada ya que nadie quería tener nada que ver con el asunto, excepto la mujer perteneciente a la mafia de la prostitución.
Para mí y mis acompañantes de esa fatídica velada, la noche estuvo llena de interesantes cuestiones acerca de nuestras distintas percepciones. De hecho, todo giró alrededor de las suposiciones y creencias de cada persona. Fue un baile de campos distorsionados de realidad y evidencias que desaparecen.
Pedro Meyer Diciembre 2003
Por favor comparte con nosotros tus comentarios en los foros.
http://zonezero.com/editorial/diciembre03/diciembre.html
Jueves, 11 Diciembre 2003
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Autor:Francesca Mancini
Date: December 6, 2003 3:26:40 PM CST
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So thank you,
Francesca Mancini.
Sábado, 06 Diciembre 2003
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Autor:Elisa Ruíz / ZoneZero
Fotógrafo Mexicano
1939 - 3 de Diciembre 2003.
Lamentamos informarles del fallecimiento de nuestro querido amigo y fotógrafo.
Enrique Bostelman.
Nació en Guadalajara, Jalisco (México) en marzo de 1939. En 1958 recibió una beca para estudiar durante tres años una maestría en fotografía en la Bayerische Staatslehranstalt der Photographie en Munich, Alemania Federal.
En 1960 se inició como fotógrafo profesional y más tarde impartió clases en e Instituto Paul Coremans en México D.F. De 1983 a 1986 ocupó el puesto de Vicepresidente del Consejo Mexicano de Fotografía. A través del tiempo ha sido miembro del Jurado en diferentes eventos: Bienal de Artes Gráficas y Bienal de Fotografía del Instituto Nacional de Bellas Artes, Premio Kinsa en Rochester, E.U.A., Premio Geomundo en México D.F., Premio Casa de las Américas en la Habana, Cuba, entre varios más.
Fué miembro del Sistema Nacional de Creadores del FONCA. Participó en múltiples exposiciones colectivas en México, Europa, Estados Unidos y América del Sur.
ENTREVISTA A ENRIQUE BOSTELMANN REALIZADA
POR ELISA RUIZ DE CONACULTA EL 22 DE AGOSTO DE 2003
Conaculta, Sala de Prensa
Elisa Ruiz
22 de agosto 2003
Oaxaca, Oax.- Al lado de una humeante taza de café, inclinado sobre un pequeño plano, Enrique Bostelmann explora con su dedo índice una ciudad a la que retorna después de treinta años y que ahora encuentra muy diferente. "Cuando vine a Oaxaca no existían museos ni galerías, y era muy fácil ir a cualquier lado", dice al tiempo que se incorpora y alcanza su café.
Descendiente de alemanes, nacido en Guadalajara, Jalisco en 1939 y ganador de premios internacionales como el Casa de las Américas, Geomundo y Kinsa, Bostelmann pertenece a esa generación de fotógrafos que retrataron al México rural de los años cincuenta y sesenta, recorriéndolo palmo a palmo. Él llamaba la atención por ser rubio. "En los pueblos que visitaba, donde antes me querían pagar para que les tomara una foto y ahora piden one dollar, me decían: pinche gringo, cabeza de cerillo, hijo del sol, nadie creía que era mexicano".
Luego de treinta años, Bostelmann retornó a Oaxaca para ofrecer una conferencia sobre artes visuales e inaugurar la exposición Plata sobre Zoología, en la que participa junto con otros diez integrantes del Sistema Nacional de Creadores de Arte, en el Centro Cultural Santo Domingo. La muestra, que concluirá el 10 de septiembre, ofrece fotografías de Manuel Álvarez Bravo y Mariana Yampolsky -ya desaparecidos-, quienes como Bostelmann, viajaron continuamente por todo el país "buscando la luz".
Los fotógrafos viajábamos porque el mundo es luz, buscábamos la luz. Ahora la vida se desarrolla de noche, en las buhardillas, entre dos cigarrillos de marihuana. Los fotógrafos ya no van a la sierra poblana, se van a Cancún o Acapulco y a veces fotografían una espaldita, y eso es todo".
"Siento que no era la facilidad del avión o del auto, sino la seguridad con que uno se movía por todo el país. Si iba uno a la Huasteca, la gente no se quería dejar fotografiar, porque el fotógrafo cobraba. Ahora es al revés, piden one dollar. Mientras más lejos estaba uno de la susodicha civilización, se sentía uno más seguro. La gente era muy hospitalaria, llegábamos a pie, a veces caminábamos 50 kilómetros en un día y después la gente no nos quería dejar ir; nuestra llegada era un acontecimiento para ellos. Nos decían quédense, matamos un borrego para que coman.
El hombre de ese tiempo tenía más relación con la naturaleza. Yo pertenecía a un club de exploraciones de México, sus integrantes conocían todos los cerros del país, y todas las lenguas. Cuando visitábamos algún sitio, íbamos anotando en un librito las señales para llegar. La fotografía era una aventura.
Con imágenes de aquellos años, Enrique Bostelmann prepara, a petición del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), su próxima exposición que titulará Tiempo recuperado: cartografía de lo imaginario, así como una retrospectiva que será inaugurada el próximo 25 de septiembre en el Edificio Central del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el Distrito Federal.
Pero, aclara, su producción fotográfica no se ha detenido y aunque ya no viaja con la frecuencia que solía hacerlo, porque después de todo "uno se inventa su mundo con relación a la edad que va uno teniendo", ahora realiza proyectos dentro de la misma ciudad de México que le exigen visitar a diversos artistas con los cuales trabaja, pues se trata de trabajos multidisciplinarios con la intervención de escritores, pintores, escultores, etcétera.
"El ojo se hace muy detallista con el paso del tiempo. Ahora mi tendencia es ir al objeto pequeño, incógnito, que permite expresar una forma de ser del hombre. Después de haber fotografiado a tantas personas uno empieza a sentirse repetitivo, porque vemos la misma expresión, de tristeza, de alegría, de sorpresa, esos gestos son universales y hasta reiterativos. Ahora me pregunto ¿Cómo puedo hablar del hombre a través de sus objetos? Y trato de interpretar a cada uno por otros medios".
Así, el artista, quien ha expuesto en Europa, Asia y Sudamérica, trabaja en la elaboración del libro No anunciar, que reunirá 150 fotografías sobre distintos artistas. Sobre esta obra, que será editada por la Universidad Autónoma Metropolitana, Bostelmann explica:
"Por ejemplo, Elena Poniatowska me dio la cuchara que su padre usó en la cárcel. Busqué una iluminación adecuada, proyecté una reja sobre la cuchara y tuve un concepto; Luis de Tavira me entregó una cajita de música; Carlos Monsiváis que vive con gatos y su estudio apesta a ellos, me facilitó una figura del gato Garfield; Carlos Montemayor, quien escribe sobre la guerrilla, me entregó una botellita con tierra de Creta; Vicente Leñero me ofreció un original de alguna de sus obras y una maquinita de escribir de este tamañito que le regaló su hija; Emilio Carballido me dio una máquina de escribir color lila que le regaló Salvador Novo, de tan vieja que ya ni se le ven las letras. Estos objetos vistos a detalle son un universo que revelan a su propietario. Una pequeña tecla, un zapato, dejan de ser un objeto y se convierten en un paisaje".
Este proyecto, comenta, lo tiene muy ocupado no sólo por el trabajo fotográfico sino porque además, cada artista escribirá un texto para el libro, por tanto debe estar en comunicación con ellos, los visita y eso lo obliga a recorrer todos los días la ciudad de México.
No tiene la más remota idea de jubilarse. "Cuando uno se involucra en una actividad, lo que damos es la vida. Así fue con Álvarez Bravo, Yampolsky, Nacho López. Picasso murió trabajando a los 95 años de edad; los músicos Rossini, Verdi, también murieron componiendo. Los que se jubilan son los del Seguro Social y los que trabajan así nada más, pero los que trabajamos por gusto, por diversión, jamás nos jubilamos".
Y aprovechó, de paso, para criticar a los fotógrafos que toman cursos en escuelas "activas", que participan en concursos con carpetas llenas de diplomas y comprobantes de talleres, pero nada de obra. "Yo lo digo sinceramente, tengo poca comunicación con los fotógrafos, porque la fotografía es fácil en el sentido de que es como un embudo muy ancho arriba y muy angosto abajo, todos hacemos fotografía, existen las cámaras automáticas, pero pocos utilizan la cámara como si fuera el cincel, la espátula, el pincel de un artista; pocos fotógrafos se interesan por el arte en general. Van a cursos de fotografía activa, reciben un diplomita; en los concursos -yo he sido jurado- uno recibe trabajos con un expediente así de grueso con comprobantes, seminarios, diplomados y cuando vemos las fotos... no hay lógica. Yo les digo: pongan más énfasis en apoyar con su trabajo lo que hacen que en obtener diplomitas".
http://zonezero.com/magazine/obituaries/bostelman/bostelmansp.html
Miércoles, 03 Diciembre 2003
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Autor:ZoneZero
Muestra colectiva de fotografías sobre la mundialmente popular imagen del Ché Guevara tomada por Alberto Korda.
Ver exhibición
Martes, 25 Noviembre 2003
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Autor:Davida Kidd
Date: November 21, 2003 12:46:55 PM CST
My name is Davida Kidd
I am a photography based artist from Vancouver BC CANADA
I will be submitting work to your web site. I have an MFA and have a solo exhibition coming up at PLATFORM Centre for Photographic and Digital Art in 2005 in Winnipeg Manitoba CANADA.
I also have a solo exhibition in 2006 at the National Museum in Krakow Poland.
I look at your site regularly and am glad to see that all methods of photography are represented and mixed together in the exhibitions that you curate. I worry sometimes that photography that is digitally manipulated becomes segregated as "Digital Art". I am leery of putting my work into any strictly digital art context, at least at this point as I feel this work often gets labeled as illustration. dominated by photo-shop effects. Of course this is only my opinion! These issues are always interesting to discuss as catagories for work are still freshly being created for various new technology-based and influenced art.
Cheers,
Davida Kidd.
Viernes, 21 Noviembre 2003
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Autor:Zonezero
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El "Laberinto de Luz" fue la exposición principal del Coloquio del Décimo Aniversario de ZoneZero celebrado en la Ciudad de México. Se exhibió la casi totalidad de las 8 mil fotografías que se encuentran en ZoneZero. Fueron clasificadas en varios grandes temas: "Todas las Guerras", "Urbelandia", "El desfile de las Hormonas","Nuestra Diversidad" y "¿Cuál Paz?". Estos temas fueron sincronizados con música apropiada para cada ambiente por el personal de ZoneZero.
El resultado fue un asombroso caleidoscopio de imágenes cuyas combinaciones siempre cambiantes mantuvieron embelesados a los espectadores durante horas enteras.
Los espectadores se enfrentaron a la experiencia de ver las imágenes no solo como puede uno verlas en una pantalla, en el sentido de que la materialidad de las imágenes no era la cuestión principal; sino que los espectadores caminaron entre las imágenes como si fuesen bañados por éstas. En otras palabras, uno podía caminar por entre las imágenes mismas.
La exposición fue muy semejante a lo que al parecer ocurre en los niveles inconscientes de la mente, de la memoria y de los sueños. La imágenes no se encuentran en nuestro cerebro en la manera de una galería, sino superpuestas en capas con una compleja disposición. Provienen de todas direcciones y no siempre tienen que ver una con la otra.
Esta fue la experiencia que intentamos construir mediante la exposición del Laberinto de Luz, las fotografías que mostramos aquí dan cuenta de esta emocionante presentación que al parecer fue la primera en su tipo. Cuando menos la diversidad de imágenes -que fue reunida en no menos de 10 años (de ahí nuestro décimo aniversario)-, proveniente de más de 700 fotógrafos de todo el mundo, nos asegura que algo como esto era ciertamente único. Agradecemos a los fotógrafos que hicieron todo esto posible.
Cada una de los fotografos que estan dentro de ZoneZero, cuyas imágenes aparecieron en el Laberinto de luz, tuvieron su crédito sobre esta pared
Pedro Meyer Curador.
http://www.zonezero.com/magazine/articles/laberinto/laberinto_sp.html
Sábado, 25 Octubre 2003
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Autor: Henrique Marques Samÿn
Ernst Bloch, filósofo alemán del principios del siglo XX, depuró el concepto de utopía de todo su sentido metafísico. Bloch pensó en la utopía como un proyecto de vida, una disposición de alguien que vive a fin de construir un futuro particular en el mundo. Esto es, considerar la utopía un ethos, un modo de vida dirigido hacia una conclusión. Entonces podemos considerar a la utopía como una cosa que está siendo realizada en todo momento, en tanto esté de acuerdo con este proyecto.
Yo considero que Sweet Expectations de Alessandra Sanguinetti es como una afirmacción de la utopía, entendiendo este concepto en su sentido blochiano –o sea, no metafísico-. Decir que las fotografías de Sanguinetti son imágenes de niños sería una simplificación, casi una desfiguración; debemos buscar su tema principal en las miradas, gestos y esperanzas que contemplamos en sus imágenes.
¿Por qué es esto importante?. Por que en nuestros días, la fotografía de niños en sí misma se ha convertido en algo ordinario, hasta trivial, casi una copia de la obra de Carroll.
© Alessandra Sanguinetti
Este obviamente no es el caso de las fotografías de Alessandra Sanguinetti. Preferiría decir que ella toma fotos del tiempo ya que éste es el elemento esencial de sus imágenes. En cada fotografía de Sanguinetti podemos ver que los niños son colocados en un tiempo no contemporáneo – el tiempo de mundo-que-será. Hay una disonancia interna en cada imagen , nacida de la siguiente simultaneidad: El tiempo presente – cuando al fotografía fue tomada- está junto al tiempo futuro- al que somos enviados por todos los deseos contenidos en la mirada de los niños. Pero hay más. El uso del blanco y negro y la apariencia antigua dede algunas fotografías añade una tercera dimensión de tiempo: El pasado. Tenemos, entonces, un doble desplazamiento para cada momento y, como en la vida cotidiana, no hay un equilibrio posible.
El ya mencionado concepto de utopía puede ser presentado más directamente cuando consideramos que esas tres dimensiones del tiempo se interiorizan en una sola vida. Eso es un hecho, los niños que encontramos en las imágenes de Alessandra Sanguinetti viven de acuerdo a sus sueños, se pierden en las contradiccioens del tiempo, aún sin saberlo. Su navegación en el océano del ser tiene un propósito secreto, y cada momento de su exixtencia es guiado por deseos inconscientes.
Pero esto no es una elección, es una necesidad. ¿Qué podemos decir? Quizá los versos de Walt Whitman:
"Tierna- sin impaciencia
Fuerte es tu mano –Oh carne mortal…
Quizá algún día podamos tener su misma fuerza."
Henrique Marques-Samÿn Filósofo y ensayista. Río de Janeiro, Brasil
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http://www.zonezero.com/magazine/articles/utopia_of_being/utopia_sp.html
Viernes, 24 Octubre 2003
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Autor:Siamack Sioshansi
Date: Thu Oct 23, 2003 9:15:14 PM America/Mexico_City
I just found ZoneZero and am impressed with your ingenuity to find a space outside of the normal commercial publishing world to bring such good work to light. This is a labor of love and my love is with you.
You are an outlet for so many good photographers and story teller who would otherwise be frustrated by the hurdles associated with publishing their work. You are wonderful.
God bless you.
Siamack Sioshansia
Jueves, 23 Octubre 2003
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Autor:Alvaro Cabrera and Pedro Ruiz
Parte 1 Parte 2 Parte 3
…“Ser reportero gráfico no es fácil. Va mucho más allá de componer un motivo y apretar un botón. El buen fotógrafo de prensa debe reunir una serie de cualidades tales como saber mirar, poseer tacto y simpatía al relacionarse con las demás personas; estudiar y estar informado y ser dueño de una mente despierta y ágil. Habilidad motriz, perseverancia, suerte, valor y espíritu de equipo también deberán formar parte de sus virtudes”. Así lo afirma el especialista venezolano Carlos Abreu (1989) en el artículo “El reportero gráfico: testigo ocular de la historia.”, publicado en el libro El estallido de febrero (pág.51).
Todas esas virtudes, sin embargo, no han alcanzado para dar prestigio a este especialista. En ese mismo artículo Abreu define al reportero gráfico como el más subestimado profesional de la comunicación social y comenta que ha sido considerado en los últimos cien años como un simple auxiliar del periodista-reportero, cuando en la praxis su oficio no pocas veces tiene iguales o mayores exigencias que el de éste. El menosprecio que rodea al ejercicio del reporterismo gráfico se manifiesta en el hecho de que la mayoría de los profesionales que nutren a la prensa venezolana no completaron sus estudios y llegaron al oficio sin haber practicado antes la fotografía sino que por azar o circunstancias aprendieron en un laboratorio y luego se pulieron en la calle.
“El periodismo, ya se ha apuntado, difícilmente se enseña, pero sí se aprende. Y no necesariamente en una escuela o facultad. Es útil, pero en absoluto imprescindible que así sea”, dirá Miguel Ángel Bastenier (2001) en las palabras introductorias de su libro Blanco Móvil, Curso de periodismo (pág.17). Parafraseando a Bastenier, bien cabe decir que la fotografía periodística difícilmente se enseña, pero sí se aprende. De hecho, poseer estudios universitarios de Comunicación Social no es requisito en Venezuela para ser aceptado en un periódico como reportero gráfico. En realidad no existe ninguna regulación al respecto. Sólo es cuestión de enterarse, a través de un conocido, que un diario está en búsqueda de un fotógrafo y presentarse a la entrevista. Incluso, el tan popular portafolio que usan los fotógrafos de muchos países para mostrar sus trabajos realizados o publicados a manera de curriculum, es aquí iniciativa de unos pocos.
Cuenta el periodista José Pulido (1992) del italiano Luigi Scotto, uno de los más importantes fotorreporteros del periodismo venezolano, que en 1947 apenas dos días después de haber llegado éste al país procedente de Nueva York, mientras se encontraba paseando por los alrededores de la Plaza Bolívar con su cámara Leica colgada al cuello, fue increpado por un desconocido: “¿Usted es fotógrafo?, en Últimas Noticias están buscando un fotógrafo”. Luigi respondió preguntando ¿qué era Últimas Noticias? Al saber de qué se trataba fue en busca del empleo y lo consiguió (pág.8).
Esto nos habla de la informalidad de este oficio en nuestro país, quizás su característica más resaltante. Pero esa informalidad no le quita relevancia al trabajo que estos profesionales realizan cotidianamente. Para la historia han quedado las gráficas del 14 de febrero de 1936, del 18 de octubre de 1945, del 23 de enero de 1958, de El Porteñazo de 1962, del 27 de febrero de 1989, del 4 de febrero de 1992, o las del golpe de Estado en Venezuela el 11 de abril de 2002 y los sucesos de esos días hasta el retorno del presidente Chávez en la madrugada del 14 de abril de 2002. De hecho, fue en este campo donde nuestro país obtuvo el primer y único premio Pulitzer de su historia, otorgado a Héctor Rondón por una de sus fotografías de El Porteñazo. Esta contradicción entre la trascendencia del trabajo fotográfico y la escasa formación de sus autores fue una característica del periodismo fotográfico venezolano del siglo XX.
Pero ¿qué es un reportero gráfico? La carrera como tal no existe, ni existe como especialización dentro de los estudios universitarios de Comunicación Social en el país. Su formación académica se remite apenas a una materia obligatoria dentro del pensum de estudios de dicha carrera en las distintas universidades donde se imparte esta profesión.
Sabemos que el reportero gráfico es en principio un fotógrafo, pu25/Articles/being-a-photo-reporter-in-venezuela-trying-to-define-thes se dedica a tomar fotografías y vive de eso, sólo que además de fotógrafo, el reportero gráfico es, para algunos, también un periodista. De allí la confusión de nombres que rodea a la profesión: fotoperiodismo, reporterismo gráfico, periodismo fotográfico, fotografía de prensa. La mezcla de especialidades intrínseca al oficio hace difícil una definición.
Incio
En este sentido, la Ley de Ejercicio del Periodismo de 1994 -que derogó la anterior del año 1972-, se refiere a estos profesionales como Reporteros Gráficos y afirma que éstos pueden ejercer aún cuando no sean miembros del Colegio Nacional de Periodistas. De esta condición podemos inferir que el reportero gráfico es mucho menos periodista que el periodista-redactor.
Es posible, sin embargo, que la confusión sobre la exacta definición del oficio también provenga del concepto de photojournalist que han cultivado revistas como National Geographic, donde el mismo fotógrafo se encarga de la redacción del texto que acompaña a sus fotografías. Este modelo de ‘fotoperiodista’ trabaja complementariamente las fotografías y los textos con los que construye una unidad casi indivisible. La fotografía no está completa sin el texto y viceversa. El reporterismo gráfico como se entiende Venezuela no es comparable al photojournalism como acabamos de describirlo.
Dice el español Joaquín Estefanía al prologar el libro El periodista Universal del estadounidense David Randall, que el periodismo es el primer borrador de la historia. Y es en esa relación entre periodismo e historia donde el periodismo fotográfico se encuentra más a gusto, pues la fotografía, desde sus inicios, ha servido como una evidencia tangible de que los hechos han sucedido.
Si el periodismo escrito es el primer borrador de la historia, la fotografía –toda la fotografía, pero en especial la periodística– es una píldora de historia congelada. Gracias a la fotografía podremos ver los cambios en la estructura urbana, en las costumbres, en el vestido y podremos ponerle rasgos a los personajes anónimos o trascendentes de la sociedad en evolución. Y aunque la foto en sí misma no informa en el sentido estricto de la palabra, sí evidencia, algo que la palabra nunca podrá hacer.
El Porteñazo © Héctor Rondón
Febrero 27, 1989 © Tom Grillo
Luis Brito, Premio Nacional de Fotografía en 1996, comentaba en una entrevista realizada en febrero de 2001, para efectos de este texto, que el reportero gráfico es un historiador. “Es tan historiador -afirma- como lo puede ser el que pasa por la academia de historia. (...)Como lo puede ser el cineasta o lo puede ser, por ejemplo, la televisión. Es más, la imagen queda y ese es el acontecer diario, es lo que está pasando en el mundo, esa es la historia; y eso es lo que está agarrando el fotógrafo de prensa”.
Otro ganador del Premio Nacional de Fotografía en Venezuela, José Sardá, en febrero de 2001 coincidió con la afirmación de Brito al comentar también que el reportero gráfico “es como un historiador”, y agregó que “el reportero gráfico es el hombre que de alguna manera es como si paralizara el tiempo. Es el hombre que puede tomar un instante de algo histórico que pasó y que tiene su repercusión en el futuro, en la historia del país”. Aunque el oficio de reportero gráfico consiste en buscar diariamente imágenes para ilustrar la historia, esa posibilidad la tiene cualquier fotógrafo, e incluso, cualquier persona con una cámara en las manos.
El mismo Sardá, cuenta entre sus anécdotas profesionales que fue enviado a Puerto Ordaz a cubrir el accidente que el 23 de agosto de 1964 costó la vida a 36 maestros que paseaban en lancha por el Parque La Llovizna. Entre los testigos del accidente encontraron -él y el redactor que lo acompañaba- a un señor que había tomado fotos del suceso y que aceptó entregarles el rollo. Una de esas fotos, la de un maestro agarrado de una raíz con el agua hasta el pecho colgando en el salto, fue portada a ocho columnas en el periódico El Nacional del día siguiente. Así es que quizás el reportero gráfico sea mucho más fotógrafo que periodista. Diremos que se trata de un fotógrafo especializado, mas no limitado, pues el ejercicio de la fotografía periodística no limita el ejercicio de otro tipo de fotografía, y por otro lado, de un periodista limitado, pues su ejercicio del periodismo se limita, al menos en nuestro país, sólo a lo fotográfico.
Inicio
Al recorrer la historia de la fotografía, sus orígenes en Venezuela, su relación con la prensa y el posterior desarrollo del lenguaje fotográfico desde el reportaje, nos damos cuenta que la relación entre fotografía y periodismo ha sido muy estrecha desde hace más de un siglo. Pero esa relación no ha restringido el desarrollo de ninguna de las dos especialidades. Si vamos a los orígenes, la prensa se nutrió del trabajo de los fotógrafos, sin que estos se plantearan que su trabajo estaba subordinado a los intereses de las publicaciones.
En esos inicios el fotógrafo era independiente económicamente del medio en el que publicaba. Obtenía su sustento del trabajo que hacía en su estudio. La confusión aparece cuando el fotógrafo empieza a vivir del dinero que le entrega la publicación. El desarrollo del periodismo industrial arrastró consigo al fotógrafo y lo incorporó al equipo del periódico, lo que restringió severamente su libertad creativa. Sin embargo, a medida que el tiempo ha ido pasando esa libertad se ha ido recobrando poco a poco.
Por ello no creemos que el reportero gráfico sea un periodista, aunque deba manejar conceptos periodísticos. Ese manejo es parte de su condición de fotógrafo especializado en la captación de hechos noticiosos. Tampoco creemos que sea una buena idea llamarlo reportero gráfico. El término reportero gráfico ha sido parte fundamental de la etiqueta peyorativa que han debido soportar estos profesionales. Un término que los relegó al limbo de las profesiones, al margen del periodismo y de la fotografía, por el cual, aunque se les permitió estar cerca de las dos, no recibieron el respeto de ninguna.
Creemos ahora más que antes que el reportero gráfico es ante todo un fotógrafo. Su trabajo es la producción de fotografías y lo lleva adelante a veces con total autonomía expresiva. Como especialista de la cámara ese trabajo se sustenta en el poder de la imagen y parte de ese poder radica en la credibilidad de la fotografía, la cual surge de la certidumbre generalizada de que la cámara no puede mentir. Explotar esa credibilidad con fines periodísticos es la especialidad de este fotógrafo, que entiende esa misión no como un simple razonamiento sino como la conjunción entre técnica, emoción y razón. Dicho en otras palabras, para él “están en un mismo plano la cabeza, el ojo y el corazón” como dijo Cartier-Bresson.
Ese fotógrafo especializado, al que definitivamente llamaremos fotógrafo periodístico, trabaja generalmente por encargo, con una materia prima infinita y a la vez precisa: lo noticioso, y circunscrito a una dinámica temporal que varía según la periodicidad del medio al que se debe. Así como el fotógrafo publicitario debe conocer el producto que fotografía y estar al tanto de las tendencias estéticas en boga, el fotógrafo periodístico debe conocer los hechos y personajes que fotografía, dominar la técnica y estar al día en el uso del lenguaje fotográfico aplicado a lo noticioso para que su trabajo sea más efectivo. Aunque a veces su misión sólo consista en lograr un registro sin mayor valor estético. Por su especialidad, sintetizar un acontecimiento o una situación en una fotografía será el mayor logro que pueda alcanzar.
Por eso Robert Capa, Henri Cartier-Bresson y José Sardá, por nombrar uno venezolano, están en el mismo nivel. Tomaron fotografías y lograron sintetizar acontecimientos y situaciones en esas imágenes. Si esas fotografías fueron sobre hechos noticiosos y por lo tanto ocuparon espacios en la prensa, no por ello dejaron de ser dignas de exhibirse y compilarse. Porque una buena foto es una buena foto y punto. Y un buen fotógrafo es un buen fotógrafo en la calle, en la casa y en el estudio. Algunas buenas fotos periodísticas perderán parte de su valor al ser sacadas del contexto informativo que las generó, pero conservarán su trascendencia por su condición de documento irrepetible, común denominador de todas las especialidades de la fotografía.
BIBLIOGRAFÍA:
* Bastenier, Miguel Ángel: "El blanco móvil, (Curso de periodismo)", España, Ediciones El País, Grupo Santillana Editores, S.A, 2001, pp. 260
* Randall, David: "El periodista universal". España, Siglo Veintiuno Editores, 1999, pp. 266
OTRAS FUENTES:
* Compilation 1989
"El estallido de Febrero. Un país más cierto y más dramático". Ediciones Centauro. pp. 134.
DIARIOS:
* Pulido, José- 1992.
"Con Luigi Scotto muere un poco el amor fotográfico: Viajó por el mundo con sus cámaras, buscando almas retratables". -With Luigi Scotto died a little love for photography: he traveled around the world with his cameras, looking for portraitable souls.- pág. 8, Ciudad- El Diario de Caracas, viernes 16 de octubre de 1992.
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http://www.zonezero.com/magazine/articles/fotoperiodismo/venezuela_sp.html
Jueves, 09 Octubre 2003
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Autor:ZoneZero
Tan pronto como alguien descarta una nueva tecnología para tomar fotografías por considerarla un simple juguete, alguien más, o en este caso muchos más, comprueban que existen muchas razones para considerar muy útiles dichas herramientas para todo tipo de propósitos creativos. Si en los próximos 12 meses serán distribuidos 50 millones de teléfonos con cámara en todo el mundo, es dífícil imaginar que no tendremos una plétora de excelentes imágenes nuevas e ideas derivadas de su uso.
ZoneZero anhela estar al frente de estos cambios, así que por favor háganos saber de proyectos que ustedes tengan o que hayan visto que merezcan ser publicados. Como referencia hemos colocado ligas a dos proyectos presentados por ShowStudio en el Reino Unido.
Alice Hawkins (información disponible sólo en inglés)
La mirada femenina: el fotógrafo Hawkins pregunta a sus modelos cómo les gustaría ser representadas ante sus amantes durante su residencia de dos semanas utilizando teléfonos con cámara..
Mark Lebon (información disponible sólo en inglés)
El fotógrafo Mark Lebon utiliza su residencia de un mes de duración para llevar a cabo un proyecto personal sobre retrato, utilizando un teléfono con cámara como herramienta.
http://www.zonezero.com/magazine/articles/camphones/camphonesp.html
Lunes, 06 Octubre 2003
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Autor:Chip Simone
Perdóname Padre pues he pecado.
Han pasado 35 años desde mi última confesión y he aquí mi pecado:
Compré una cámara digital, una cámara digital de cinco megapíxeles.
Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.
Esta es una reflexión acerca del estado de la fotografía en la era digital.
El advenimiento de las imágenes digitales ha suscitado una acalorada discusión y un iracundo debate. Los fotógrafos inmersos en las tradiciones y maneras del pasado se sienten amenazados. Y deben sentirse amenazados. La tecnología digital ha cambiado todo.
Durante la mayor parte del siglo XX, nunca se cuestionó la noción de lo que era una imagen fotográfica. Se la veía como un proceso sencillo que seguía una serie de reglas fundamentales que llevaban a una misma conclusión. Al comienzo del siglo XXI, la fotografía ha reencarnado. Una captura digital no es algo que sea una sola cosa. Es un punto de partida, que puede ir en muchas direcciones al mismo tiempo. La fotografía se ha transformado de un simple artefacto a un camaleón eléctrico con un palpitante corazón hecho de unos y ceros.
Hace más de 30 años el futurólogo Alvin Toffler vaticinó correctamente que no sería lo inevitable del cambio lo que pondría a prueba nuestra cultura, sino su rapidez. Aquellos que, por la razón que sea, no puedan o no quieran mantener el paso, están destinados a quedarse a un lado del camino refunfuñando ante el paso del silbante tren.
Hay que aclarar un punto acerca de la tecnología fotográfica y el ritmo del avance tecnológico, en especial de la tecnología digital. El ritmo en el que ocurre el cambio ahora debe ser visto a su propia luz y no presumirse que ocurre al ritmo antediluviano en que evolucionaron los materiales basados en la plata. Todo indica que los materiales de plata han involucionado. El número de películas y papeles ricos en plata que alguna vez tuvieron una amplia disponibilidad, se ha reducido a un puñado. Alguna vez llegó a haber 120 tipos de papel para imprimir. Durante mi carrera he visto la salida de Opal, Medallist, Brovira 111 y Portriga Rapid por mencionar unos cuantos. La calidad de los productos que quedan está por debajo de lo que había antes, aunque hemos llegado a considerarlos aceptables en la ausencia de materiales comparativamente más ricos. Los papeles finos serán pronto hechos por boutiques y los precios se dispararán. Las opciones en películas eventualmente excluirán al blanco y negro. Las imágenes en blanco y negro se extraerán de las imágenes en color por la vía digital. Es económicamente inevitable.
Por otra parte, se necesitaría ser un fotógrafo ciego para no ver que la investigación y desarrollo en el sector digital se mueven a la misma vertiginosa velocidad que los de las computadoras, que son el medio en donde lo digital nace. El cambio es el nutriente básico de la tecnología.
Resulta claro que la arena de lo digital es susceptible tanto a las necesidades del mercado como a los valores tradicionales de la fotografía. Tonalidad, fidelidad y longevidad son áreas en donde la tecnología digital ha hecho grandes avances en un tiempo notablemente corto respondiendo a los intereses del mercado. ¿Quién podría discutir que en el muy cercano futuro se encontrarán maneras de igualar, imitar o rebasar las virtudes y cualidades percibidas de cualquier método fotográfico?. La tecnología no es estática y tampoco el mercado lo es.
Trabajé con una cámara 8"x 10" durante una década. Hoy me es más fácil justificar el uso de la tecnología digital que la provinciana y pintoresca práctica decimonónica de colocar un armatoste sobre un atril para retratar objetos inmóviles. Pero lo que más resiento es el tiempo de vida que se me quita. Los diletantes gustan de tener las manos ocupadas mientras que los artistas buscan métodos apropiados y expeditos para expresar sus impulsos creativos.
No me impresiona el argumento de que las fotos digitales son inferiores por no contener plata. Esto es simple prejuicio. Lo digital es lo que es y tiene una inmensa capacidad de expresión. El percatarse de su potencial inherente es lo único que importa. Un notable número de dedicados, consumados y magistrales fotógrafos de varias generaciones abarcando todo el espectro de estilos y métodos han adoptado lo digital y siguen proclamando su potencial creativo. Muchos elogian su capacidad de sobrepasar las limitaciones de los métodos tradicionales y la utilización de las herramientas digitales les resulta liberadora, aunque éstas sólo sean simples en apariencia, puesto que claramente exigen la misma delicadeza y oficio de cualquier otra disciplina expresiva. La pasión, emoción y vigorización de la profesión a la luz de esta tecnología en desarrollo es, para mí, la evidencia más clara de la importancia de la fotografía digital.
La cámara ha sido mi amante por 43 años. Me ha dado placeres y sensaciones más allá de lo físico. Ha sido mi maestra y mi querida, una narradora de historias, un tercer ojo y una tejedora de verdades. Ve un mundo maravilloso que sólo me muestra a mí. Sin ella no soy nada más que otro hombre ciego.
En todos estos años, mi amor por la cámara nunca ha titubeado, pero la cámara en sí misma ha sufrido transformaciones notables, se ha vuelto más refinada, más inteligente, más sofisticada. Lo que la cámara más sofisticada no puede hacer es algo que las cámaras nunca han hecho. La cámara no define lo que es la fotografía. Tampoco el lente, el tamaño de la película, el número de píxeles o el medio en el que se va a plasmar. La fotografía no es un sustantivo, es un verbo. La fotografía es lo que hago. Es un acto de voluntad, deliberado. Puede ser la expresión de la esperanza, de un acto de fe, de miedo o de lujuria. Puede ser gozoso o penoso. Pero la fotografía no es una cámara.
Esto trae a colación el último punto. El lamento por el cambio, el hecho de que mucha gente vea al rápido ritmo del cambio como algo malo, como un ardid de mercadeo diseñado para mantenernos deseando fervientemente el próximo juguete. Ciertamente, la velocidad del avance y del cambio recortan la vida de muchos productos. Pero ¿En dónde les decimos que se detengan? ¿En dónde debemos frenar a la mente creativa? ¿Deben ponérsele barreras a la imaginación? ¿Dónde estaríamos si la medicina hubiera decidido que ya había llegado lo suficientemente lejos con las herramientas quirúrgicas esterilizadas o con los rayos x o con las sangrías o las sanguijuelas?
No. Yo digo que nos echen todo lo que tienen, y que se deje a los artistas que aún no nacen decidir que es en lo que se convertirá la belleza.
Chip Simone Atlanta
http://www.zonezero.com/magazine/articles/heart01/heart01sp.html
Domingo, 05 Octubre 2003
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Autor:Pedro Meyer
Y las ficciones de un "Código Ético"
La semana pasada la Asociación de Fotógrafos de Carolina del Norte en los Estados Unidos, retiró los tres premios por “Fotografía del Año” que había otorgado al fotógrafo Patrick Schneider del periódico The Charlotte Observer. Me parece que muchos fotorreporteros -cuyos nombres se mencionan abajo- y muchos editores de fotografía en sus respectivos periódicos -afines a este punto de vista-, han juzgado duramente al Sr. Schneider y han mostrado un comportamiento que ha llegado a un punto increíblemente bajo en el debate actual acerca de la veracidad del la imagen en el foto-reportaje. Quizá hayamos llegado a una nueva era oscurantista, pero a eso pasaremos después.
El consejo de la AFCN votó 4-0 con una abstención, a favor del retiro de los premios dados a Schneider al determinar que había removido algo de la información del fondo de una de sus imágenes abusando de los ajustes hechos en Photoshop. Los miembros del consejo incluyen al presidente de la AFCN Chuck Liddy, fotógrafo de los periódicos News y Observer (de Raleigh, Carolina del Norte), a Ted Richardson y Jennifer Rotenizer del Winston-Salem Journal, a Chris English fotógrafo de la Universidad de Carolina del Norte en Greensborough. La abstención fue emitida por David Foster, fotógrafo del Observer.
Liddy dijo al Observer que Schneider había violado el Código de Ética del la Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa (ANFP) que prescribe que “Es incorrecta cualquier alteración (ya sea por medios electrónicos o hecha en el cuarto oscuro) de una fotografía periodística que engañe al público”. Las preguntas acerca del trabajo de Schneider surgieron primeramente de las quejas de dos fotógrafos, a quienes Liddy se rehúsa a nombrar, y que amenazaron con acudir ante la ANFP si no se tomaban acciones a nivel estatal.
En lugar de tomar al toro por los cuernos, y dar a conocer los nombres de quienes perpetraron tales acusaciones –que sólo consiguen remitir a la fotografía varias décadas al pasado-, el Sr. Liddy decidió aliarse con estas estrechas mentalidades, dando un traspié junto con toda la AFCN. Más adelante nos ocuparemos del por qué pienso que sus juicios están tan completamente equivocados. La AFCN llevó entonces sus preocupaciones al Observer, y se llevó a cabo una auditoría del trabajo del fotógrafo. Después de revisar miles de fotografías, los editores del Observer dicen haber encontrado sólo un puñado de fotografías inaceptables.
La editora Jenie Buckner concluyó que Schneider no buscaba engañar al público o a los jueces pero que “había rebasado un límite al utilizar técnicas para eliminar el fondo de las fotos.” Después de un mes de negociaciones, el Observer presentó los archivos de Schneider sin manipular a Liddy y la AFCN. Schneider, quien ha ganado varios premios de la AFCN en los últimos años declinó el hacer comentarios acerca de imágenes específicas, pero Liddy dijo que detalles en el fondo de las imágenes tales como estacionamientos, cercas y personas, fueron desaparecidos utilizando el equivalente digital de una “mano Divina”. Refiriéndose a una foto específica (aquí mostrada), Liddy considera además que el mejoramiento de color hecho por Schneider tuvo como resultado “básicamente una fotografía inventada”.
Permítanos revisar algunas de las acusaciones dirigidas contra la integridad de las imágenes del Sr. Schneider y que se encuentran en el mismo contexto del caso del fotógrafo del Los Angeles Times, Brian Walski, quien fue cesado por hacer una composición de dos imágenes en Irak (ver el debate en los foros de ZoneZero, en torno a este asunto).
Primeramente, debemos ver todo esto desde un panorama más amplio, ya que de otra manera solamente veríamos la herramienta de “sobreexposición” de Photoshop, como si con ello se pudiera alcanzar el fondo del asunto. Si vamos a profundizar en el tema de la integridad, estoy seguro de que todos esos periódicos que se oponen tan decididamente al uso de estas herramientas por parte de sus fotógrafos, tienen mucho que responder acerca de muchos otros temas que ahora pondremos sobre la mesa para poder tener un mejor panorama de lo que aquí sucede.
FOTOPERIODISTA INCRUSTADO
Tenemos por ejemplo, lo que sucedió con la industria de la comunicación masiva y su arreglo con los militares estadounidenses y sus “fotorreporteros incrustados” en la reciente guerra en Irak, ¿Qué nos dicen de la resultante distorsión de la información y manipulación de la verdad?. Las disposiciones de este arreglo básicamente eran obligatorias para todos los fotorreporteros involucrados, que inevitablemente se convirtieron en parte de una máquina de propaganda para su gobierno en lugar de ser agencias informativas de verdad. Uno tendría que preguntarse en qué estaban pensando cuando en lugar de discutir sobre si el uso de colores más tenues en una imagen viola el llamado "Código de Etica" -considerándolo una alteración del contenido de la imagen-, al mismo tiempo aceptaban gustosamente el encubrimiento de todo lo relativo al “fotoperiodismo incrustado”. Esto resulta ser incluso cómico si no fuera por la gravedad del asunto.
Claro que es más fácil converitr a Schneider o a Walski en chivos expiatorios por haber utilizado sus habilidades para obtener una mejor imagen -sin que con ello distorsionaran la información esencial de las imágenes correspondientes-, que abordar la cuestión de los defectos fundamentales en la información que se presentan ante la comunidad internacional.
Tanto los diarios en que laboran los diversos fotógrafos acusadores, como las organizaciones periodísticas y las editoriales buscan desviar la atención hacia el modus operandi de los fotógrafos como si ello fuera la causa de una pérdida de credibilidad; y esperan recuperarla poniendo un cinturón de castidad a la creatividad y al uso de las herramientas del siglo XXI, en lugar de poner atención a las verdaderas razones detrás de la pérdida de credibilidad ante el público. Se olvidan convenientemente de que SIEMPRE HAN MENTIDO UTILIZANDO LAS LLAMADAS FOTOGRAFÍAS DIRECTAS, ¿por qué se sorprenden ahora de los resultados?
¿Qué era lo que estas mismas publicaciones decían al mundo sobre la guerra en Irak antes de que comenzara el bombardeo? ¿Acaso juzgaban sus afirmaciones escritas acerca de las “armas de destrucción masiva” con la misma dureza que ahora aplican a las técnicas de mejoramiento de la imagen fotográfica?
Cuando los fotógrafos se convirtieron en “fotógrafos incrustados” cualquier sentido de “objetividad“ tenía que perderse por completo ¿Quién era el guardián de la integridad dentro de las organizaciones informativas en ese entonces? ¿Hubo alguien que fuera despedido por aceptar tales arreglos? ¿Hubo alguien que pusiera en duda que las fotografías tenían muy poco que ver con la “verdad” de todo lo que iba a ocurrir en Irak? Parece ser que sólo hasta 6 meses después de la invasión a Irak, el público norteamericano descubrió que las imágenes de “recibimiento de héroes” fueron en su mayoría puestas en escena realizadas por los miltares. ¿Acaso alguno de los fotógrafos que obtuvieron estas imágenes mentirosas fueron despedidos? Creo que no. Aunque la máquina de propaganda funcionó por un tiempo, más que nada para el consumo interno de Estados Unidos, el resto del mundo obtenía -y sigue obteniendo-, regularmente mejor información.
Hubiésemos pensado que todos los fotógrafos defenderían su derecho a utilizar las herramientas como mejor les pareciera, dejando el asunto de la veracidad y la integridad a su propio criterio. Un fotógrafo al que se le tenga que explicar lo que es o cual es la apariencia de la información engañosa, en primer lugar no debería tener una cámara. Como todos sabemos, no es necesario tener una computadora para crear una imagen engañosa, uno debería de tener en claro estos temas y cómo tratarlos en el momento en que la imagen es captada.
El derribamiento de la estatua de Saddam Hussein en Bagdad es un muy buen ejemplo de cómo las fotografías directas pueden ser totalmente manipuladas sin el uso de una computadora (ver el debate que se dio en ZoneZero al respecto). En cualquier caso, veamos las fotografías que fueron denunciadas ante la AFCN como violatorias del “Código de Ética” y que supuestamente engañaron al público.
ALTERANDO EL SEGUNDO PLANO FOCAL
En primer lugar: Ninguna de las imágenes a las que les fueron retirados los premios tenían, en nuestra opinión, la menor posibilidad de ser malinterpretadas en su contenido. Lo que el fotógrafo capturó originalmente y las fotos que se entregaron finalmente resultaron ser para nosotros, idénticas, el cambio se dio sólo en el plano estético, y en esto coincidimos con el fotógrafo, para beneficio de las imágenes. Los cambios hechos por el Sr. Schneider no alteraron en modo alguno la información fundamental de las fotografías.
En segundo lugar, las variaciones de color denunciadas como alteraciones son tan triviales que uno podría tomarlas simplemente como diferencias en la calidad de impresión entre una publicación y otra. A tal exceso llegaron los jueces en su aplicacion rabiosa al tema de no usar alteracion digital en la imagen. ¿A dónde nos lleva todo esto ?
En Tercer lugar: El panel tuvo un grave error de jucio al confundir las mejoras estéticas con la desinformación en el contenido. Supongo que llegarán a sugerir que los periodistas que escriben se deshagan de los correctores de estilo, ya que éstos podrían a su vez distorsionar la información que necesite ser corregida. Posiblemente los Savonarolas de nuestros tiempos encuentren apropiado el que se demande a los que publiquen entrevistas que no repitan al pie de la letra lo dicho por el entrevistado, puesto que no se puede correr el riesgo de que el público no confíe en los periodistas. Así que ya no más de esta cuestión de la edición.
En conclusión, yo diría que a quienes debemos poner frente a la hoguera de los "herejes" son a muchas de las organizaciones y asociaciones periodísticas que apoyan todos estos argumentos falsos y códigos de conducta tan mal entendidos, no a los fotógrafos. Ya es hora de entrar en acción y responder a tan absurdas demandas que sólo generan confusión. Queda claro que los fotorreporteros íntegros deben aceptar la responsabilidad de ser veraces con la información que proporcionan, pero esto no es ni más ni menos que lo que se le pide a cualquier periodista, ya sea que tome fotos o no.
NUEVO CÓDIGO DE ÉTICA
Por favor: Ya dejen de decirnos cómo es que supuestamente debe de ser creada una imagen; dejen de decirnos cual es el “color correcto”, cuando de hecho puede que sean daltónicos y las imágenes al estar impresas tengan variaciones que están muy por encima de los argumentos de lo que están alegando en contra de las alteraciones. Dejen de decirnos cómo deben producirse las imágenes cuando ustedes les agregan pies de foto o las recortan a su antojo. Dejen de hablarnos de la veracidad en las imágenes, cuando ustedes utilizan esas mismas imágenes fuera de contexto para respaldar sus texto o encabezado armados arbitrariamente, y así satisfacer sus necesidades editoriales. Dejen de hablarnos de la verdad en el fotorreportaje cuando muchas veces lo que venden es propaganda disfrazada de información.
Ya para terminar, dejen de manipular a los fotógrafos y a la fotografía para encubrir a una industria que ha tenido un desempeño lamentable. En verdad creo que los fotógrafos deben ser responsables de los resultados que obtienen; es cierto que esto debe definirse, pero no dicéndonos qué es lo que no podemos usar como si fuéramos niños de siete años, sino fijando objetivos y metas: La veracidad de la historia que se cuenta. Como escribió mi amigo Chip Simone: “los ‘electroperiodistas’ de hoy tienen una gama de oportunidades totalmente nuevas y por ende de responsabilidades”. La definición de una responsabilidad no se puede establecer a base de restringir las herramientas que pueden usarse, esta postura parece carecer de imaginación.
EL FOTÓGRAFO
La importancia del gesto de los dos bomberos en la foto mostrada es de lo que realmente trata la imagen, no de los segundo planos focales. Es inaceptable que un juez haya tomado en cuenta el fondo para descalificar la imagen por estar alterada; esto es no comprender la naturaleza de la captura de imágenes ni el significado de lo que Patrick Schneider realmente hizo. Él no sólo estaba observando cuando tomó la imagen, sino que continuó observándola después; hecho que se le escapó por completo a la AFCN en su confusión acerca de lo que las nuevas herramientas del siglo aportan a la fotografía. A nuestro parecer, el Sr. Schneider utilizó toda su habilidad en la computadora para mejorar las imágenes y no para engañar a nadie.
Los únicos que de hecho trasgiversaron todo fueron aquellos que lo señalaron con sus dedos acusadores.
Pedro Meyer Octubre 2003 Coyoacán, México
Fotografías por Patrick Schneider
* "Palomear" en México se le llama a la técnica de oscurecer o aclarar ciertas áreas de una imagen mediante mayor o menor exposición de luz.
Comparte con nosotros tus opiniones sobre este tema en nuestros foros.
LIGAS RELACIONADAS:
Artículo en línea en Poynter http://www.poynter.org/content/content_view.asp?id=45119
Artículo publicado en el periódico, click here
http://zonezero.com/editorial/octubre03/octubre.html
Miércoles, 01 Octubre 2003
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Autor:Ramón De Pool
Date: Sat Aug 16, 2003 12:59:33 PM America/Mexico_City
Saludos al amigo Pedro M.
Me llamo Ramón De Pool de Maracaibo Venezuela
Soy fotógrafo profesional
Tu página la consulto permanentemente para mis clases de fotografía digital en la universidad Rafael Belloso Chacín. A los alumnos les encanta, por los foros, una manera de estar actualizado a nivel internacional sobre temas del momento. Uno de los puntos que tiene mi programa es La ética y estética en la fotografía digital como también, la vanguardia en lo que a fotografía digital se refiere. Es interesante la polémica del fotógrafo Brian Walski que altero una fotografía sobre la guerra de Irak como también tu muestra Verdades y Ficciones, la cual analizamos a profundidad.
Sábado, 16 Agosto 2003
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Autor:Teresa Pérez
Date: Sat Aug 9, 2003 2:18:42 PM America/Mexico_City
Por fin me encuentro con un espacio en la red en donde la fotografia existe para todos los gustos, y preferencias, y en mi primera lengua, les felicito por esta pagina, es fantastica, he inspiradora, aparte de que la pagina es simple, sencilla, y muy bien elaborada, felicito a todos los fotografos por su buen trabajo, y tambien felicito a todos lo colaboradores de esta pagina por brindar esta gran oportunidad, a nosotros los fotografos, tanto aficinados, como profesionales.
Saludos desde New York.
Sábado, 09 Agosto 2003
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Autor:Pedro Meyer
"De la fotografía analógica a digital : una década"
Durante la década pasada nuestro lema en ZoneZero ha sido "de lo análogo a lo digital". El epítome de esta idea se encuentra representada en la obra de Ken Merfeld. Sus maravillosas imágenes hechas en placas de vidrio a través del proceso de colodión húmedo, terminaron migrando al dominio digital, lo que nos ha permitido traerles su trabajo a través del Internet. Ningún otro fotógrafo que hayamos publicado abarca tal rango de tecnologías siendo al mismo tiempo tan fiel a su estilo propio.
Esperamos que a través de la obra de Ken Merfeld podamos además aclarar un tema que a menudo genera confusión, y es que la fotografía digital no es un estilo específico de fotografía, sino sólo una tecnología con la que podemos producir cualquier estilo que deseemos. En este caso específico ha sido del colodión húmedo a lo digital aplicado a retratos.
Me llena de consternación haber visto que en concursos patrocinados por algunas de las marcas fotográficas más conocidas, generen tanta confusión al solicitar imágenes para categorías tales como “fotografía digital”, como si ésta fuera un tipo específico de fotografía.
Es por esto que hay quienes imaginan que la fotografía digital sólo tiene que ver con imágenes en las que se utilizan toda suerte de filtros disponibles para producir una especie de efecto de “lámpara de lava” para así convertirse en fotos digitales.
Si les gusta producir este tipo de imágenes no hay problema, pero sepan que este sólo es uno de los muchos estilos que pueden producirse digitalmente. Es más, cualquier estilo puede ser producido por medios digitales.
Durante los primeros años de existencia de ZoneZero tuvimos que luchar para que nuestros colegas fotógrafos nos otorgaran su confianza y convencerlos de que nada terrible sucedería con su obra si es publicada en el Internet. Afortunadamente podemos decir que todo salió bien y que esta experiencia nos ha beneficiado a todos de manera positiva.
Desde luego reiteramos nuestro agradecimiento a todos los fotógrafos que nos han dado su valioso trabajo ya que sin su contribución este sito Web no sería posible.
Ciertamente las tecnologías digitales han evolucionado durante esta década, tanto a nivel de software como de hardware. Lo que hoy podemos hacer a través de Internet, era sólo un sueño hace unos pocos años. La calidad y velocidad de las cámaras se ha mejorado tanto y tan rápido que tendemos a olvidar lo que ocurría apenas el día de ayer. Cuando las cosas cambian tan rápido, es difícil tener un sentido de la Historia, saberse de donde nos encontrábamos tan hace sólo unos cuantos días.
Me aventuro a predecir que en la próxima década, una de las grandes transformaciones de la imagen fotográfica será la incorporación del sonido a medida que los fotógrafos se familiarizan con los programas de sonido y estos se vuelven mas fáciles de usar. La presencia del sonido -sea de voz o de música, o de ambos- se volverá una parte integral de la imagen de manera cada vez más acelerada. También los mecanismos de entrega se simplificarán cada día. Enfrentarnos a esto es cada vez menos intimidante.
Cuando dejé Madrid el verano pasado, uno de los alumnos de mi taller hizo algo que, por lo menos a mí, me pareció asombroso. Me dio un CD-ROM y me dijo “No sé que darte como regalo de despedida, así que te copié todas las fotos que tengo en mi computadora”. Después, al abrir el CD ROM en el avión, encontré una colección de imágenes seductoras. Había muchas fotos de bebés, de bebés comiendo, llorando, durmiendo, siendo limpiados o bañados, fotos de picnic con amigos, bailes en discotecas, viajes, close-ups de objetos, paisajes, retratos, fotos instantáneas, en resumen, imágenes de lo más tierno que uno pueda encontrar en un álbum familiar, incluso un montón de pequeños videos. Lo que ella me había dado, para propósitos prácticos, era una copia de su álbum familiar. Algo que nadie hubiera hecho antes. Después de todo, nuestros álbumes familiares siempre habían sido piezas únicas que no podían ser reproducidas para compartirlas siquiera entre hermanos, mucho menos con extraños. Begoña había creado algo que en mi experiencia, es único, literalmente reprodujo su álbum familiar y decidió compartirlo como un gesto de buena voluntad.
La próxima década obviamente nos traerá nuevas posibilidades para crear imágenes, así como para compartirlas. Estoy seguro de que las emociones sólo irán en aumento, conforme las tecnologías se vuelvan mas accesibles y flexibles. Pero hay una constante, las historias que se cuentan serán las mismas que han capturado nuestra imaginación a través de los siglos, habrá historias de amor, de pasiones, de guerras, de miedos, de alegría o tristeza, sobre el envejecer, la mortalidad, la natalidad, la salud, el dolor, en resumen, todo aquello que nos hace humanos. Las historias serán las mismas, pero serán contadas de nuevas y distintas maneras.
Pedro Meyer Agosto, 2003 Coyoacán, México
Comparta con nosotros sus opiniones sobre este tema en nuestros foros.
http://zonezero.com/editorial/agosto03/agosto.html
Viernes, 01 Agosto 2003
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Autor:Alberto Pigola
Date: Thu Jul 31, 2003 6:29:34 PM America/Mexico_City
Hola
Quería registrarme a zonezero.
Lo hago en español por ser esta mi primera lengua y aprovecho que ustedes manejan una versión en español para hacerlo en este idioma.
Les cuento que desde hace más de 25 años estoy relacionado con la educación del sentido crÌtico frente a los medios con el proyecto Plan Deni de OCIC-Uruguay y desde hace 15 que doy clases de fotografía en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica del Uruguay.
En cuanto a lo que hacen me parece fascinante. He seguido varias de sus ediciones con gran atención sobre todo en lo que hace a los cambios y retos que está planteando la fotografÌa digital y la manipulación digital de la fotografÌa convencional o no. Adelante con ese espacio de crecimiento y desarrollo
Alberto Pigola
Jueves, 31 Julio 2003
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