El pequeño avión rojo

The little red plane
© Pedro Meyer 2001


By Pedro Meyer



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El motor ruge mientras el avión hecho a mano de latas de Coca-Colas recicladas, vuela por los cielos al tiempo que el sol comienza a ponerse sobre el horizonte. ¿Quién dijo que un avión como éste no puede volar? Si queremos, como nos demuestran los niños día con día, cualquier avión puede volar; sólo se necesita un poco de imaginación. Mi hijo de seis años decía: "Este avión volará sólo mientras nuestro cerebro esté vivo".

Sí, por supuesto queremos que un pequeño avión hecho a mano levante el vuelo y se mueva velozmente por los cielos de la misma manera en que lo hace nuestra imaginación. Todos los países pobres del mundo reciclan muchos materiales, más porque necesitan hacerlo que por la noción romántica del primer mundo de que el reciclaje se hace por razones ecológicas. Aun así, podemos sentirnos inspirados por la fantasía que debió usarse para crear el avión, por el genio del hombre que los hace y los vende en el mercado.

Pero también encuentro que hay un enorme talento en la persona que diseñó el programa que me permitió colocar ese pequeño avión sobre las nubes (me pregunto si las aerolíneas crean sus imágenes publicitarias del mismo modo), o en los fabricantes de computadoras y cámaras que pusieron a mi disposición las herramientas con las cuales reunir todas estas piezas y poder mantener así "mi cerebro con vida".

No soy un romántico que considere que los objetos hechos a mano son ideales mientras que los productos hechos a máquina sean la fuente de todos los males. Hay arte y pasión en ambos lados del espectro. Cuando escribo sobre cámaras o impresoras, o cualquier otro producto hecho a máquina, también puedo apreciar el genio creativo de mucha de la gente involucrada en su producción. No tenemos que sentir lástima por nosotros mismos porque nos rodea un mundo de productos y de posibilidades infinitas. El modo en que los usamos determina su utilidad y nuestra posible relación con ellos.

Ahora bien, algunas cámaras pueden también fabricarse a mano (cámaras estenopéicas), y producen sin duda algunas imágenes excelentes como hemos demostrado aquí en ZoneZero. Pero para otras personas, cuyas necesidades creativas requieren que vayamos más allá de lo que estos equipos permiten, son necesarias otras herramientas. Esto nos lleva al presente, en donde nos enfrentamos a muchas decisiones sobre si usar o no cámaras sin película, y sobre si entrar y cuándo a la era digital, por la puerta principal.

 


 

¿Qué hacer entonces?

Canon acaba de anunciar su nueva cámara G2 con 4 megapixeles, Nikon presentó su cámara D1x con 6 megapixeles. Uno tras otro, los fabricantes de cámaras están incrementando el poder de sus nuevas ofertas con una definición de imagen cada vez mayor y con mejores colores. Aparte de las numerosas especificaciones que cambian de modelo en modelo, la carrera por los megapixeles continúa. Parece que cada seis meses hay alguien que está agregando cerca de un millón de nuevos pixeles a la oferta anterior.

La pregunta que con más frecuencia se escucha estos días gira entorno a cuándo es el momento apropiado para comprar una cámara digital. Nadie quiere quedarse con un modelo viejo después de haber comprado lo último, pensando que era la mejor opción disponible (en ese momento), y menos aún pagando los precios de hoy por la tecnología de ayer.

Como con muchas otras cosas en estos tiempos siempre cambiantes, debemos reflexionar sobriamente sobre los cambios que nuestra forma tradicional de pensar pueda requerir, con respecto a la manera en que compramos equipos.

Aquí, algunos consejos a considerarse:

1- En gran parte, nuestras cámaras que usan película eran instrumentos que tenían una vida útil de más de veinte años. Las cámaras digitales tendrán una vida útil de no más de cinco o seis años.

 

Aún si se toman grandes precauciones con la cámara, los avances tecnológicos las volverán obsoletas dentro de un periodo muy breve. Tan sólo vean sus computadoras y constaten cuál ha sido su vida útil. La longevidad de las cámaras digitales no es tan distinta a la de sus computadoras.

2- ¡No sean codiciosos! Lo que ahorrarán en película pagará el costo de la cámara digital en el transcurso de su vida útil (dependiendo de cuánto fotografíe). Por lo tanto, si la cámara se vuelve obsoleta, y vale muy poco o nada hacia el final de su vida tecnológica, no lo piense dos veces la cámara ya se ha pagado sola.

3-No es necesario cambiar su cámara cada vez que salga una nueva generación, como tampoco es necesario cambiar de computadora cada vez que sale al mercado una nueva versión. Actualice su equipo sólo en función de sus necesidades. En otras palabras, si lo que va a hacer son sobre todo imágenes para internet, difícilmente necesitará una cámara de 4 millones de megapixeles. Si lo que va a hacer son impresiones de alta calidad, entonces será de gran ayuda tener archivos grandes.

Estos entre más grandes, tanto mejor. Es bastante obvio, entre más información se capture, más detalle tendrán sus imágenes.

4- La analogía con las computadoras se extiende también al ciclo comercial. Con cada nueva generación de cámaras, los precios de los modelos anteriores se reducen. °

 


 

° No olvide que también tienen amigos que quieren vender sus anteriores modelos de cámaras, ellos le pueden vender un cámara usada en buen estado. Hay incluso gente que, llegados a ese punto, las regala (recuerde que ya se han pagado solas por lo ahorrado en no tener que usar película y no tener que imprimir las imágenes para verlas).

5- Algunos propietarios de cámaras donan su equipo viejo para deducir impuestos (en Estados Unidos). Las escuelas o instituciones pueden fácilmente crear un centro de donación para estos equipos, poniéndolos así en manos de los niños que pueden sacarles todavía bastante kilometraje.

6- Recuerde que desde el día en que compró el último modelo de cámara, ésta ya era obsoleta. Medítelo, los laboratorios de investigación y el proceso de creación involucrados no comenzaron el día antes de que su más reciente cámara fuera llevada a la tienda en donde compra. Transcurre un periodo de 18 meses desde que se conciben las ideas hasta el momento en que la cámara se vuelve accesible al consumidor. Así que habitúese a la noción de que su nuevo y maravilloso equipo, se está volviendo obsoleto ahora mismo debido a una cámara nueva, que está pasando por alguna etapa de producción de los nuevos modelos que aparecerán dentro de 18 meses. Entre más fuerte sea la competencia, más rápidos serán los ciclos de producción e innovación.

7- La definición misma de lo que es una cámara de foto fija se ha ido transformando. Hoy en día, usted puede hacer que su Palm Pilot tome fotografías, o puede tomarlas con

 

su cámara de video. Puede hacer videos de un minuto y grabar sonidos usando su cámara de foto fija.

Ya en la actualidad vemos la aparición de dispositivos para registrar imágenes que emplean formatos que nunca estuvieron dentro de las posibilidades concebidas por los fotógrafos, salvo de lo que se veía en las películas de acción como las de James Bond. Después de todo, ¿qué es una cámara digital? La compañía japonesa, Sanyo Electric, tiene una cámara que puede grabar dos horas completas de video o hasta 11,000 fotografías fijas en un solo disco de almacenamiento. Tiene el nombre de cámara de disco digital IDC-1000Z iDshot.

8- Recuerde que el instrumento (la cámara) sirve a determinados propósitos. Usted tiene que definir cuáles son sus razones personales para utilizar la cámara de un tipo u otro. Esto será de gran utilidad para planear cuál es la cámara más apropiada para usted y sus metas, o incluso para saber si en realidad necesita comprar una nueva cámara.

Permítanme compartir con ustedes un ejemplo de cómo opera mi proceso de toma de decisiones. Yo compro cámaras nuevas porque necesito estar al día por el trabajo que realizo en este campo. En este caso, no hay porque sentirse culpable de cambiar frecuentemente, ¿no es cierto? Y con el dinero que ahorro al ya no usar película, en poco tiempo quedan pagadas.

Con la aparición de cada nueva generación de cámaras, hay tres grupos de posibles compradores para mis modelos anteriores. °

 


 

° Mi esposa es la primera en elegir y si una de ellas le interesa, se la regalo (se me fue el comprador!); mis parientes, amigos y compañeros de trabajo son el segundo grupo de candidatos posibles para los modelos de cámara del año anterior. Siempre obtienen una ganga. Conservo algunas cámaras para mi museo personal (un archivero lleno de cosas) para observar cómo se han ido transformando estos objetos a lo largo de los años. Por último, dono algunos de los modelos más sencillos a la escuela de mi hijo, ya que pueden usarlos sin demasiadas dificultades.

Mis viejas cámaras M6 Leica o Hasselblad pertenecen a otra era; desde el punto de vista emocional y técnico, no tiene mucho en común con las nuevas cámaras digitales. Los nuevos modelos digitales, al menos por el momento, son algo así como unidades desechables con una vida útil breve. Mis cámaras Leica las podré legar a mis hijos y, suponiendo que todavía haya película disponible, algo que no hay que dar por descontado, todavía podrán tomar fotografías con ellas.

Estoy absolutamente seguro de que en veinte años nuestras cámaras digitales actuales, sólo serán artefactos interesantes que enseñen "cómo eran las cosas en aquel entonces", sin mayor trascendencia que eso. Mi primer cámara digital Canon de foto fija (adquirida hacia 1984) pertenece ya a esta categoría. Ni siquiera hay una forma sencilla de sacar los archivos de la cámara, además de que sus baterías especiales ya no funcionan.

A pesar de todo esto, no me gustaría regresar el reloj ni un minuto. Las cámaras digitales, el modo en que funcionan, y lo que me permiten hacer desde el punto

 

de vista creativo, me aportan muchos resultados satisfactorios. Me parece que esto debe ser la motivación principal en la persecución de cualquier búsqueda digital.

Si descubriera que al estar usando tecnología digital no pudiera hacer mejores trabajos, no me embarcaria en su uso. El factor de la novedad sólo funciona en un primer tiempo, después de lo cual, si la creatividad no fluye, entonces no valdría la pena proseguir.

El caudal de fotografías familiares nunca ha sido tan grande como en la era digital; las fotografías cruzan el planeta en todas las direcciones. Hay dos constantes que perduran: ¡los niños siempre se ven tiernos y las mujeres rara vez se sienten contentas con sus imágenes!

He tomado más fotografías en los últimos años que nunca antes; las buenas y con algun mérito son -y seguramente seguirán siendo- pocas y no tan frecuentes. Pero, como en el caso de un dibujante, entre más se dibuja, más hábil se vuelve la mano. Entre más fotos tomo, más se amplía el acerbo de imágenes con las que evaluar cómo han ido cambiando las intenciones. En breve, el viejo adagio "la práctica hace al maestro" puede cumplirse con mayor facilidad que nunca antes. Con un costo de producción que se aproxima a cero, creo que tenemos un buen incentivo para crear un gran número de nuevos trabajos.

Tomando todo esto en cuenta, hoy es tan buen día como cualquier otro para decidirse sobre su nueva cámara. La misma lógica que hemos usado con respecto a las cámaras también puede aplicarse a las impresoras.

 


 

Héctor García, un fotoperiodista muy reconocido y respetado en México, cuyo trabajo estamos actualmente exhibiendo aquí en ZoneZero, ha grabado por primera vez una entrevista en la que nos da información de fondo sobre sus fotografías más conocidas. Estas fotografías han sido publicadas y exhibidas con frecuencia, pero sólo ahora tenemos las herramientas necesarias para que esta información esté disponible en un espacio público. Además de la importancia histórica de estas grabaciones, queremos señalar la importancia de tener acceso a estas nuevas formas de difundir ese contenido.

Me pidieron que participara en un libro de edición limitada que se está preparando en homenaje a la trayectoria de Héctor García. No todos los artistas participantes son fotógrafos, sin embargo a todos nos pidieron que tomáramos una de las fotografías de Héctor y la manipuláramos del modo que creyéramos conveniente. Algunos van a hacer pinturas, otros dibujos, etcétera. Yo escogí realizar una nueva fotografía.

Escogí una fotografía de Héctor García tomada en 1960 de David Alfaro Siqueiros [uno de los tres grandes muralistas de México, junto con Diego Rivera y Orozco] como preso político detrás de los barrotes de la cárcel.

En la nueva imagen que creé, sustituí el fondo del interior de la cárcel con la imagen de un mitin de estudiantes universitarios en 1968 que yo había tomado. El mitin era para exigir la liberación de otros presos políticos que estaban en la cárcel en aquel entonces. Al sustituir el interior (la cárcel) con la imagen del exterior (el mitin), podemos situar a Siqueiros detrás de los barrotes, o en frente de ellos, siendo nosotros los espectadores los que quedamos detrás de esos mismos barrotes.

Siqueiros
© Héctor García

 

Siqueiros no estaba en la carcel
Siqueiros no estaba en la carcel © Pedro Meyer 2001

En realidad, la fotografía que Héctor García publicó no fue el negativo completo, pero como tuve acceso al archivo original y usé esa imagen, se puede apreciar por lo largo de los barrotes de la puerta, que estos eran mas grandes.

Con frecuencia me he preguntado cómo logran sobrevivir los presos políticos al estar encerrados por periodos tan prolongados. Por lo que he leído, siempre ha sido gracias a su capacidad para trascender el momento, pensando en sí mismos como si en realidad estuvieran en libertad fuera de la cárcel. Esta imagen buscaba entonces recrear esa idea, no fotográfica: la sensación de libertad de alguien que era un preso político.

Me parece que a largo plazo esta será una de las contribuciones más importantes de la fotografía digital.

La posibilidad de representar ideas que no se derivan solo de un referente físico inmediato, es algo muy poderoso.

También es digno de notar la manera en que una imagen estrictamente documental pueda cargarse de nuevos significados con hacerle unos cuantos ajustes finos al contenido. Lo novedoso no es tanto que pueda hacerse, sino nuestra conciencia cada vez más clara de este potencial creativo que sólo es posible hoy en día gracias a la relativa facilidad con la que puede lograrse por medios digitales.

Pedro Meyer
Ciudad de México
15 de agosto de 2001


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